"Madrid acierta llevando los coches bajo superficie", dijo el primer edil romano, quien, junto a Gallardón visitó la tuneladora "Dulcinea", la máquina que construye el túnel que irá desde Conde de Casal hasta el invernadero de Arganzuela.

A pie de obra, según informó el Consistorio en una nota, Gallardón declaró que "la M-30 es una obra que pretende anclar a Madrid en el siglo XXI y darle los instrumentos necesarios para lograr una posición de liderazgo, que sólo desde la modernidad pueden alcanzar las grandes urbes europeas".

Veltroni reconoció que Madrid y Roma comparten los mismos problemas: densidad de tráfico y contaminación atmosférica. Para el alcalde de Roma sólo hay una vía para aportar una solución: "Dedicarle más atención a las infraestructuras de transporte, tanto público como privado".

Confesó sentir "cierta envidia" por el proyecto de la M-30, porque en Roma, dijo, "no sería posible" debido a que su ciudad esconde joyas arqueológicas que hacen muy difícil, sino imposible, la construcción de túneles.