El proyecto, en el que participan las empresas Sevillana de Electricidad, Construcciones Lain, Falco Seaboard y Abengoa, pretede cubrir las necesidades de abastacimiento de la población de Almería y localidades cercanas, con un consumo de 18 hectómetros cúbicos anuales, e impedir que la población sufra el 'sobrecoste' de tener que consumir aguas embotelladas.

La construcción de la planta desaladora creará al menos 350 empleos directos, y otros tantos indirectos. Una ver construida más de 50 personas tendrán que ocuparse del trabajo dentro de la planta, además de las empresas que participen en tareas de mantenimiento de las istalaciones.

Además, se evitará la explotación masiva de los acuíferos de la ciudad, actualmente abastecedores de agua potable, y los más de 18 hectómetros cúbicos de agua que se consumen ahora, podrán ser destinados a su utilización para regadíos.

Según la publicación "Guadalquivir", de la empresa Sevillana de Electricidad, uno de los aspectos fundamentales del proyecto es que permite producir agua potable a bajo coste y "con una alta calidad", pero sin incidir en el coste del agua para los almeienses, ya que el precio del agua quedaría en torno a las 30 pesetas por metro cúbico.

PROYECTO INNOVADOR

EL "Proyecto Mediterráneo" aplica además los últimos avances tecnológicos sobre el tema ya que, la central eléctrica base de la explotación será convertida en una central de cogeneración en la que se producen electricidad y calor aplicando como materia prima el gas natural.

La puesta en marcha de la central de cogeneración, a la que va acoplada la planta desaladora, supondrá desde el punto e vista eléctrico una mejora de la calidad y garantizará el suministro en la zona.

El proyecto se convierte así en argumento principal para la construcción de un gaseoducto hasta Almería que puede facilitar a la ciudad nuevas perspectivas de inversión.