Así lo detalló en un comunicado en relación a la creación de una comisión liderada por el Defensor del Pueblo para esclarecer los abusos sexuales perpetrados en instituciones de la Iglesia Católica en España, en el que puso en valor que "España cuenta con profesionales de reconocida solvencia en los ámbitos de la victimología, la psicología, la medicina, el derecho, la sociología, la filosofía y la teología, expertos en mediación, trabajadores sociales y profesionales que trabajan en la atención directa a víctimas que pueden desarrollar con plena independencia un trabajo excelente al servicio de la verdad".

Esta asociación sin ánimo de lucro "que se inspira y reconoce en los principios de la doctrina de la Iglesia, pero constituida como asociación civil independiente sin sujeción a disciplina eclesiástica alguna", facilita, desde hace tres años, servicios profesionales de acogida, escucha y acompañamiento, atención psicoterapéutica y médica, orientación legal, acompañamiento espiritual y reparación a las personas que así lo solicitan.

"Esta asociación trabaja desde la opción de preferencia por las víctimas, con la voluntad de contribuir a la recuperación integral de las personas que han sufrido abusos, el esclarecimiento de los hechos, la asunción de responsabilidades y la reparación de los daños provocados", señaló la nota.

Hace unos días, la organización difundió el balance de la atención prestada: en dos años y medio Betania ha atendido a 90 personas que han sufrido abusos sexuales perpetrados por sacerdotes, religiosas, religiosos y laicos en el seno de instituciones católicas y en el ejercicio de ministerios pastorales. El 38,7% de los casos nunca habían sido comunicados.

Según sus datos, el 53,3% de las víctimas que han acudido a Betania son mujeres. De estas, el 32,4% sufrieron abusos siendo menores de edad, frente a un 72,2% que los sufrieron en la edad adulta. El 67,6% de los varones que han solicitado ayuda a la asociación sufrieron abusos siendo menores de edad, frente a un 27,8% que los sufrieron en la edad adulta. Asimismo, en un 70,7% los agresores son sacerdotes, seguidos de un 13,3% de religiosos y un 2,7% de religiosas.

CÓMO DEBERÍA SER LA COMISIÓN

A partir de esa experiencia, Betania considera que una comisión de este tipo debería "centrarse en la escucha a las víctimas"; "facilitar, en un clima de confianza y seguridad"; "asegurar la debida protección" para evitar revictimización; "facilitar el esclarecimiento de los hechos", aunque hayan prescrito; "investigar la dinámica de los abusos, así como de los factores de riesgo que los facilitan para contribuir al desarrollo de programas realistas de protección y prevención" ; "servir a la recuperación integral de las personas que han sufrido victimización y a la reparación de los daños, facilitando la prestación de los servicios de asistencia y ayuda que sean necesarios"; publicar los resultados de la investigación y "contribuir a la creación de un clima social sereno y responsable que permita el reconocimiento de las víctimas y de sus derechos".

"La reparación del daño y la restauración de las relaciones rotas por los abusos deben ser la finalidad última de una comisión de investigación que busque la verdad, la justicia y la reparación", concluyó en su nota la Asociación para la Acogida y el Acompañamiento Betania.