"Ha habido luces y sombras en el tratamiento informativo. Hay una parte positiva en la que las televisiones lo hacen muy bien, ofreciendo información casi al minuto, pero luego, cuando se pone en marcha la maquinaria informativa y las cadenas deciden prolongar las conexiones horas y horas se acaba cayendo en el sensacionalismo porque hay que llenar ese tiempo adjudicado con lo que sea", afirmó a Servimedia Perales.

"Ha habido informaciones rigurosas, serias, contrastadas para luego hacer cosas sórdidas, como molestar a los familiares de las víctimas, perseguirles y hacerles preguntas sin tener en cuenta su estado anímico. En general, se ha respetado poco a los familiares", sostiene Perales.

Según Perales, las televisiones empiezan haciendo bien su trabajo, "pero la necesidad de contar cosas nuevas cada minuto hace que se mezcle la información con los rumores, las opiniones fundadas, con las infundadas, los testimonios directos, con los de quinta generación y se acaba cayendo en el sensacionalismo y en el morbo".