En una sentencia hecha pública hoy, los magistrados consideran probado que en el año 2000 tuvo lugar una investigación policial sobre el envío de artefactos explosivos a diversos periodistas y que se achacaban a un movimento de presión para conseguir la supresión del régimen de ficheros de internos de especial seguimiento (FIES).

El envío de artefactos explosivos a los periodistas Raúl del Pozo y Alfredo Semprún hizo que la policía sospechara de Eduardo García Macías, por lo que solicitó un orden de entrada y registro en el domicilio del acusado.

Durante el registro, la policía encontró, escondida en uno de los cajones de la mesa de la habitación de Eduardo García Macías una bolsa de plástico que contenía pólvor clorada.

En cuanto a que García Macías participara en el envío de las bombas a los periodistas Raúl del Pozo Page y Alfredo Semprún Guillén, los magistrados consideran que no ha quedado suficientemente acreditado.

"En realidad, el único elemento indiciario es la similitud de los componentes genéricos de la pólvora cloratada intervenida al acusado con la utilizada en los dos referidos artefactos explosivos y que el Tribunal no conceptúa suficiente para fomar una convicción que enerve la presunció de inocencia", argumentan.