Según el escrito de conclusiones provisionales del fiscal encargado del caso, Jesús Santos, los tres jóvenes, con la finalidad de colaborar con ETA, decidieron crear un grupo para perpetrar actos de violencia callejera o "kale borroka".

Así, en la noche del 3 de marzo de 2001, tras preparar varios "cócteles molotov", se dirigieron encapuchados a la sede del diario en Bilbao y lanzaron contra la fachada del rotativo los artefactos, tres de los cuales explotaron y provocaron el incendio de un toldo, además de daños en el edificio.

Los hechos fueron reivindicados de forma anónima por una persona que justificó la acción contra el periódico "por negar la soberanía de Euskal Herría".

Para el fiscal, los hechos descritos son constitutivos de un delito de daños terroristas, por lo que procede imponer a cada uno de los acusados tres años de cárcel y diez de inhabilitación absoluta.