El hombre no podrá acercarse a menos de 500 metros de la víctima ni comunicarse con ella por cualquier medio durante ocho años y medio. La sentencia no es firme y se puede recurrir ante la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana (TSJCV).

Según el relato de hechos probados que consta en la resolución judicial, la relación que mantenían el condenado y la víctima se había ido deteriorado debido a que él no quería ocuparse de los cuidados que la mujer necesitaba. El día de los hechos se inició una discusión entre ambos porque la mujer quería ir a visitar a sus nietos y él se negó.

En ese momento, el hombre cogió el arma, el mango de una herramienta de labranza de 52 centímetros de largo y cuatro de ancho, y le propinó diversos golpes con ella en la cabeza, la mandíbula y las piernas. El condenado, que atacó a su pareja de forma sorpresiva y sin darle posibilidad de defenderse, no paró de golpearla hasta que ella cayó al suelo sangrando.

A continuación, el procesado arrojó el arma en un huerto y llamó para pedir ayuda. Cuando ocurrió la agresión, el ahora condenado padecía una patología mental que alteraba de forma grave su capacidad de obrar con conocimiento. La mujer sufrió heridas en la cara y en la cabeza y fracturas en la mandíbula y la costilla, de las que tardó 90 días en curar.