Además, propone a las autoridades que refuercen la enseñanza teórica y práctica que reciben quienes desean ser conductores, e implantar módulos de concienciación para los aspirantes a obtener el carné de conducir.

No en vano, el presidente de la CNAE, Enrique Lorca, avisó en un comunicado de que el decenio 2021-2030 será “una década perdida” si no se toman “medidas ya” para evitar el “estancamiento” en materia de seguridad vial.

Lorca, que también preside la Asociación Europea de Autoescuelas (EFA, por sus siglas en inglés), apuntó que España cuenta actualmente con la sexta tasa más baja de la UE en mortalidad vial (37 personas fallecidas por cada millón de habitantes), solo por detrás de Suecia (22), Dinamarca (26), Irlanda (31), Alemania (33) y Finlandia (34).

“Nos hemos ganado un puesto en la parte alta de la tabla en términos relativos, pero el problema en términos absolutos es general y afecta a toda la UE. El estancamiento es general y la experiencia dicta que, si no avanzamos, retrocederemos. Es hora de actuar”, reiteró.

Por otro lado, un total de 1.746 personas murieron el año pasado en siniestros de tráfico en carretera o ciudad, nueve menos que en 2019, es decir, antes de que estallara la crisis de la covid-19. “Estamos como antes de la pandemia. Peor aún", recalcó, porque el último descenso significativo en el número de fallecidos, sin tener en cuenta la ausencia de movilidad por la covid-19, ocurrió en 2013.

“RIESGO MAYOR”

De las 1.270 víctimas mortales en carretera, el 73% perdieron la vida en una vía convencional y un 27% en una autovía o una autopista. “Las carreteras convencionales son, sin duda, la más importante de todas las asignaturas pendientes por lo que respecta a la seguridad vial en España”, sentenció Lorca.

El presidente de la CNAE indicó que, “objetivamente”, circular por las carreteras convencionales “entraña un riesgo mayor”, por lo que apostó por que las autoescuelas impartan “una formación acorde con el verdadero desafío que estas vías representan, en las que el menor error o imprudencia puede resultar fatal”.

Por otra parte, el 77% de las víctimas mortales el año pasado en España eran hombres y entre los factores concurrentes destacan la distracción (31%), el alcohol (29%) y la velocidad inadecuada (23%). “No nos cansaremos de repetir que la gente no se mata en la carretera por un desconocimiento de las normas, sino por una falta de concienciación sobre las consecuencias de vulnerarlas o por una decisión equivocada. Hay que despertar esa conciencia y enseñar a decidir bien; de ahí la necesidad de los módulos”, subrayó.