Biodiversidad

Aves carroñeras vuelan 1.500 kilómetros entre los Pirineos y el suroeste para alimentarse

- Las dehesas ibéricas del suroeste ayudan a su conservación, según un estudio

MADRID
SERVIMEDIA

Los buitres leonados adultos que nidifican en colonias presentes en los Pirineos franceses acaban encontrándose en las dehesas del suroeste de España, donde acuden tras realizar viajes de ida y vuelta que llegan a alcanzar distancias superiores a los 1.500 kilómetros.

Así lo revela un estudio publicado en la revista ‘Scientific Reports’ y liderado desde la Estación Biológica de Doñana-CSIC e integrado también por personal investigador de las universidades Miguel Hernández, de Sevilla, Pablo de Olavide y de Lleida, así como la Basque Research and Technology Alliance. El equipo también contó con la colaboración de personal cíentífico de la Universidad de Montpellier y el Parc National des Pyrénées (Francia).

La investigación se basa en el marcaje de buitres leonados adultos marcados mediante GPS. “La extensión del trabajo en cinco áreas de estudio y el número de individuos marcados, más de 100, lo convierten con seguridad en el proyecto de ecología del movimiento con aves carroñeras más ambicioso llevado a cabo en Europa con estas aves”, indica Alejandro Delgado, de la Estación Biológica de Doñana-CSIC.

El buitre leonado es, por su tamaño y abundancia, la especie que tiene un mayor papel preponderante en el mantenimiento de servicios ecosistémicos, como la eliminación de restos de ganadería a coste cero para los dueños de las explotaciones.

El equipo destaca que los resultados, basados en el manejo de la ingente cantidad de información proporcionada por los aparatos (más de 142 millones de localizaciones) desmontan la popular creencia de que los buitres leonados no se alejan mucho de sus colonias.

En este trabajo se muestra cómo los individuos son capaces de viajar a cientos de kilómetros para asentarse durante periodos de tiempo variable en áreas de Extremadura, Castilla-La Mancha y Andalucía occidental, y después volver a sus colonias de origen. Lo más llamativo es que estos viajes, de varios días, es que los llegan a hacer individuos, casi siempre hembras, que mantienen pollos en los nidos, de modo que los pequeños se quedan a cargo de sus parejas.

CINCO POBLACIONES

El punto clave del trabajo es que buitres de las cinco poblaciones estudiadas (Pirineo francés, Pirineo Catalán, valle del Ebro, Cazorla y Cádiz) han viajado a la misma zona del suroeste de la península. Los análisis realizados muestran que es la existencia de dehesas lo que determina esta atracción y convergencia de las aves en esta región.

La razón es que esos ambientes de dehesa, que reúnen usos del suelo tradicionales muy diversos donde se intercalan arbolado propiamente adehesado, pastizales, cultivos y monte mediterráneo, son extremadamente ricos en biodiversidad y poseen recursos alimenticios diversos, abundantes y atractivos.

Ello se debe a la gran cabaña ganadera extensiva y a que los propietarios de las explotaciones en muchos casos siguen dejando los animales muertos a disposición de las aves gracias a las nuevas normativas sanitarias más permisivas.

Por otro lado, las poblaciones de ungulados salvajes (ciervos y jabalíes) han aumentado en las sierras mediterráneas lo que también proporciona recursos gracias a mortalidad natural y monterías.

“Las dehesas son ejemplos de cómo economías humanas tradicionales favorecen el mantenimiento de la biodiversidad y de procesos ecológicos complejos que pueden ser clave para mantener funciones y servicios dentro de los ecosistemas. Las futuras estrategias de conservación de las dehesas ibéricas deben considerar la dinámica de movimientos de organismos que se desplazan allí desde regiones muy distantes por lo que los enfoques deben ser transfronterizos entre regiones y países”, apuntan Ainara Cortés-Avizanda y José Antonio Donázar, directores de la investigación.

(SERVIMEDIA)
16 Feb 2022
MGR/gja