Durante su discurso en las ‘Jornadas Populares sobre Ecología y Cambio Climático’, rechazó el discurso, tanto del que niega que haya cambio climático, como del “tendencioso” que presenta al ser humano y su forma de vida “como un enemigo a erradicar”. “No todas las decisiones que se toman apelando al cambio climático son necesariamente buenas. Tenemos que ser firmes en esto y hablar claro, quitarse la corbata no va a salvar al planeta”, ironizó.

La presidenta regional afirmó que, “frente al totalitarismo verde que promueve cierres, más impuestos y prohibiciones, nosotros hacemos una defensa cerrada de la aspiración humana de prosperar en libertad con respeto al entorno natural. Los incentivos, la ciencia y la libertad económica bajo la colaboración público-privada son las herramientas más eficaces para afrontar el desafío, como lo es, por ejemplo, la utilización responsable de la tecnología y hábitos de vida más saludables”.

Además, apuntó que, “frente a los partidos del empobrecimiento material como fórmula para salvar el planeta, nuestra receta es más proyectos innovadores, tecnología, consumo eficiente y un mercado libre que no abandone su compromiso social. Madrid es la demostración de que una sociedad pujante y libre, la primera economía del país, es la mejor aliada del medio ambiente”.

Ayuso criticó que la izquierda, junto a diferentes grupos económicos y de poder, “están escribiendo los peores escenarios para infundir terror en la opinión pública y hacerlo de manera irresponsable para que el fin justifique los medios y para aprovechar este miedo para arremeter contra la economía y la prosperidad en un afán liberticida propio de los más totalitarios”.

La presidenta de la Comunidad de Madrid lamentó el discurso “irresponsable” porque “ignora todos los avances logrados hasta la fecha” y “contraproducente” porque “lejos de concienciar a la sociedad, alimenta la preocupación”, sobre todo, entre personas y familias que no pueden ser parte de la solución por mucho desembolso que realizan, “mientras gobiernos enteros no son capaces de llegar a acuerdos globales, especialmente los que más contaminan o no son capaces tampoco de apretarse el cinturón. Se trata, por tanto, de una gran estafa”.