Sector financiero

El Banco de España no ve necesario activar mecanismos macroprudenciales al no haber riesgos en el sector inmobiliario

-Sí considera necesario mantener “una estrecha vigilancia”

MADRID
SERVIMEDIA

El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, indicó este martes que “en España no se ha observado, por el momento, acumulación de riesgos en el sector inmobiliario”, por lo que desde el organismo supervisor no se ve necesario adoptar medidas macroprudenciales, al contrario de otros países que sí lo han hecho.

Así lo expuso durante su intervención en el encuentro ‘La política macroprudencial: objetivos, herramientas y coyuntura actual’, organizado por Deusto Business Alumni, en la que señaló que el mercado de vivienda “está experimentando un gran dinamismo en varios países europeos” y que esto “está detrás de la adopción reciente de distintas medidas macroprudenciales en esos países”.

“El hecho de que se esté produciendo un ‘boom’ inmobiliario a nivel global que está afectando a varios países europeos y de fuera de Europa nos hace ser cauto y tener un grado de vigilancia superior”, afirmó Hernández de Cos, que apuntó que esa evolución del mercado inmobiliario a nivel global se explica por las “condiciones financieras muy laxas”.

“Sin embargo”, prosiguió, “en España no se ha observado, por el momento, esta acumulación de riesgos en el sector inmobiliario”, para a continuación apuntar que, de todos modos, “será necesario mantener una estrecha vigilancia”.

Sobre el mercado de vivienda español, Hernández de Cos resaltó que “durante 2021 las compraventas de viviendas han mostrado un notable dinamismo, mientras que la oferta de vivienda se ha mantenido comparativamente más estable”, y que “esta situación ha favorecido el crecimiento de los precios en el último año, lo que ha llevado a que la valoración de los activos inmobiliarios se encuentre actualmente ligeramente por encima, aunque aún muy cerca, de los niveles de equilibrio”.

Por otro lado, apuntó que “el crédito nuevo para la compra de vivienda nueva también aumentó en 2021”, pero que “este aumento aún no se ha traducido en un incremento del stock de crédito destinado a vivienda, dado que también se ha producido un fuerte aumento del ritmo de amortizaciones”. Asimismo, señaló que el flujo de crédito nuevo en España, medido en términos relativos sobre el PIB, “aún dista de los valores observados en los países europeos que han sido objeto de alertas o recomendaciones recientes debido a los desequilibrios en sus mercados inmobiliarios”.

Además, el gobernador también aseguró que “no se observa tampoco una relajación” de los criterios de concesión de los préstamos en el mercado hipotecario, y que “tampoco la proporción que representan las obligaciones de pago hipotecario en relación con su renta muestra un aumento del riesgo en las hipotecas que se están concediendo en la actualidad, particularmente cuando se compara su distribución con la observada antes de la crisis financiera global”.

POLÍTICA MACROPRUDENCIAL

Por otra parte, el gobernador del organismo supervisor indicó que la política macroprudencial “se ha ido adaptando a la mejora de la evolución económica”. Así, el gobernador apuntó que “algunos países europeos están aumentando el Colchón de Capital Anticíclico (CCA), dado que se encuentran ya en una fase marcadamente alcista en su ciclo de crédito. Sin embargo, subrayó que, en el caso español, el Banco de España ha mantenido el CCA en el 0%, y prevé no aumentarlo mientras la economía no haya recuperado su nivel de actividad potencial o sigan sin observarse señales de desequilibrios en el ciclo crediticio.

A este respecto, explicó que “la economía española no estaba mostrando antes de la crisis de la pandemia un incremento de los riesgos de carácter sistémico” y que el posterior incremento “muy significativo” de la brecha crédito sobre PIB se debió al hundimiento del PIB y no a un aumento del crédito, mientras que ya en la recuperación “el crecimiento del PIB está siendo más importante” que el del crédito y, gracias a ello, la brecha crédito/PIB está volviendo a su posición original.

A nivel general, sobra la política macroprudencial Hernández de Cos destacó que “la crisis actual debe ser utilizada para extraer lecciones” sobre el uso de los colchones de capital. En este sentido, subrayó que “la evidencia empírica muestra que es precisamente durante las crisis cuando el CCA y, en general, los instrumentos que incrementan los requerimientos de capital desarrollan todo su potencial a través de los efectos de su liberación sobre el crédito y el crecimiento económico”.

Así, resaltó que “algunas autoridades nacionales, como las del Reino Unido, han pasado a exigir la acumulación de un CCA aun en ausencia de alertas por desequilibrios sistémicos”, de forma que “bajo este enfoque, bastaría con que la economía no se encuentre en un entorno recesivo para exigir un cierto nivel positivo del CCA, de forma que pueda ser liberado cuando se materialice cualquier perturbación que lleve a situar el PIB en valores inferiores a su potencial”. “Los acontecimientos del covid-19, de origen completamente ajeno al sistema financiero, han demostrado las bondades de este enfoque”, concluyó al respecto.

En segundo lugar, apuntó que “cabe esperar que en los próximos años asistamos también a importantes avances en el desarrollo de la política macroprudencial para el denominado segmento ‘no bancario’ del sistema financiero, esto es, en el ámbito de los mercados de valores y compañías aseguradoras”. Sobre este punto, advirtió que “la política macroprudencial para el sector bancario puede no ser suficiente para contener los riesgos sistémicos que amenazan la estabilidad financiera si deja fuera el resto de los sectores financieros”.

INFLACIÓN

Por otro lado, Hernández de Cos también se refirió a la alta tasa de inflación actual al señalar que, desde que en diciembre el Banco Central Europeo publicase su última previsión al respecto, ha habido “sorpresas al alza” que han afectado al componente energético, a los alimentos, y también a la inflación subyacente.

Así, afirmó que la previsión sigue siendo que en el corto plazo los precios puedan seguir al alza, y advirtió que la incertidumbre es “muy elevada”, debido a cuestiones como los conflictos geopolíticos, como el de Ucrania, que podría derivar en un nuevo incremento de los precios de la energía, así como a la incertidumbre sobre cómo se resolverán los problemas de cuellos de botella en la cadena de suministro de materias primas y productos, así como el posible efecto negativo que la caída de las rentas de los hogares podría tener en el consumo.

En cualquier caso, Hernández de Cos señaló que el objetivo de la política monetaria del BCE a medio plazo es la estabilidad de precios en torno al 2% de inflación y que “durante los últimos meses ha aumentado la probabilidad” de que la inflación en el medio plazo se sitúe en ese nivel. Así, aseguró que “no se perciben riesgos de que esta se sitúe en ese plazo, persistentemente por encima de ese nivel”, ya que “las expectativas de inflación en el área del euro se sitúan por debajo ligeramente del 2% y el crecimiento de los salarios sigue siendo moderado”.

Por último, declaró que “es necesario mantener la opcionalidad, la flexibilidad y la dependencia de la información que vayamos recibiendo para ajustar el tono de la política monetaria” y que “cualquier normalización de la política monetaria debe ser muy gradual”, para concluir asegurando que “solo aumentaremos los tipos de interés después de haber finalizado nuestros programas de compras”.

(SERVIMEDIA)
08 Feb 2022
IPS/gja