El resultado bruto de explotación en la primera mitad del año fue de 5.470 millones de pesetas, un 6,73 por cien mayor que el de junio de 1992, debido, según los responsables del banco, a la cntención de los costes operativos (5.887 millones), que sólo crecieron un 1,29 por cien, y al sensible ascenso del márgen financiero (9.700 millones), un 4,74 por cien.

Sin embargo, la inversión crediticia cayó un 9,27 por cien, hasta situarse en 162.674 millones de pesetas, y los recursos propios crecieron un 6,39 por cien y llegaron a los 32.781 millones de pesetas. Los activos totales medios sumaban 367.886 millones.

La rebaja de la inversión crediticia fue justificada por el banco con la políica de prudencia que, de acuerdo con la situación económica, se viene aplicando desde hace un año en la gestión de riesgos.

Por su parte, el aumento de los recursos generados fue aprovechado para aumentar las provisiones, lo que permitió en el primer semestre elevar la cobertura del saldo de créditos morosos al 91,95 por cien, frente al 86,64 por cien que tenía la entidad al cierre del ejercicio de 1992.

Los costes de personal fueron de 3.865 millones de pesetas y las amortizaciones y provisones ara insolvencias sumaron 1.703.