De esta forma se expresó Domenech durante el diálogo ‘Perspectivas económicas tras la guerra de Ucrania’, organizado por Servimedia, y que contó también con la intervención del estratega jefe de XTB brokers, Pablo Gil; y el economista jefe de Tressis, Daniel Lacalle.

A juicio de Domenech, de optar por el “sálvese quien pueda” ante la guerra y el aumento de precios relativos en “un país importador como el nuestro”, podría entrarse “en una espiral” de precios y salarios en la que “la inflación se enquiste”.

Esta situación, en su opinión, nos podría “empobrecer mucho más, porque ya no es que tengamos que gestionar cómo nos repartimos el coste que tiene este empobrecimiento de España u otros países europeos frente al resto del mundo”, sino que tendríamos que “gestionar el empobrecimiento adicional” que supondría la “carrera de traspasar de unos colectivos a otros el coste de que cada uno quiere blindar su renta disponible ante lo que está pasando”.

QUIÉN PAGA EL PATO

Sobre esta cuestión, Pablo Gil lamentó que lo que se esté debatiendo con el pacto de rentas planteado por el Gobierno a los agentes sociales es “quién paga el pato”. Por ello, alertó de que el “impacto neto va a ser negativo sí o sí” para todos e instó a reflexionar acerca de “si nuestro modelo económico ha tenido la capacidad de prever” cuáles son las medidas contempladas “para evitar este tipo de situaciones”.

“Ahora la situación nos ha explotado en la cara y tiene difícil solución. La gran pregunta es qué hemos hecho durante la última década”, añadió Gil, quien recordó que durante 2017 y 2018 se crecía en tasas del 2,5% y del 3% en Europa y en Estados Unidos y, en cambio, “seguíamos con políticas tremendamente expansivas”.

Por ello, censuró que nunca se encuentre el “momento de retirar esas ayudas”, pese a tener un “endeudamiento crónico”. Así, criticó que algunas teorías económicas apuesten por subir impuestos, lo que según explicó, no se puede hacer en momentos de dificultades económicas. “Realmente estamos trabajando sobre un modelo económico fallido, que tiene como pilar el endeudamiento, y financiado con tipos de interés reales negativos”, enfatizó Gil, quien comparó esta situación con el cambio de modelo de la energía, que no se aborda cuando no existen dificultades.

“La pregunta que hay que hacerse cuando estás bien es qué vamos a hacer cuando llegue la recesión. Y cerramos los ojos. Hacemos la estrategia del avestruz, metemos la cabeza bajo la tierra y decimos que ya decidiré. Pues ha llegado el momento de decidir y estamos descubriendo que no tenemos herramientas. Y no podemos, aunque debemos, subir el coste del dinero porque es meterle una soga adicional al cuello del ciudadano”, abundó este economista.

RIDICULEZ

Por su parte, Daniel Lacalle se mostró en contra del pacto de rentas planteado por el Ejecutivo, ya que, desde su punto de vista, significa “que tú cobras menos, tu empresa gana menos y ellos gastan más”. Además, calificó de “ridiculez” la idea de “pensar que hay un enorme margen” en la renta de las familias y empresas porque “se están forrando” las compañías.

Frente a esta tesis que, a su juicio, defiende el pacto de rentas, Lacalle declaró que el 83% de las empresas están “en problemas financieros muy importantes”, destacando que la mayoría son microempresas, ya que España no es un país de grandes empresas”.

Denunció también que el pacto de rentas consiste en acordar entre “los mismos”, que son “los que cobran: los sindicatos, el Gobierno y una patronal que no representa a ese 83% de las empresas”, aunque puntualizó que esta última tampoco está a favor.

“Además, no es un pacto de rentas, porque es una transferencia de la renta disponible de los ciudadanos y las empresas al Gobierno. Eso no es un pacto”, sentenció Lacalle.