De esta manera, el tipo de interés aplicable a la facilidad de depósito sigue en el 2%, el tipo de las operaciones principales de financiación se sitúa en el 2,15% y la facilidad marginal de crédito se mantiene en el 2,4%.

Esta decisión tiene lugar después de que la Reserva Federal estadounidense decidiera ayer, miércoles, recortar los tipos en 25 puntos básicos, hasta el entorno del 3,75%-4%.

El BCE detalló en una nota de prensa que la inflación “continúa en niveles próximos al objetivo del 2% a medio plazo y la evaluación por el Consejo de Gobierno de las perspectivas de inflación prácticamente no ha variado”. Destacó que “la economía ha seguido creciendo pese al difícil entorno internacional” y el mercado laboral muestra “vigor”.

Asimismo, “las anteriores reducciones de los tipos de interés aprobadas por el Consejo de Gobierno continúan siendo factores que contribuyen de forma importante a la resiliencia”, valoró el BCE. Sin embargo, añadió que las perspectivas son “aún inciertas, debido especialmente a los actuales conflictos comerciales internacionales y a las tensiones geopolíticas”.

El BCE reiteró su determinación de asegurar que la inflación se estabilice en el objetivo del 2% a medio plazo y que seguirá guiándose por los datos que reciba para las sucesivas decisiones, sin comprometerse con una senda concreta de tipos. En concreto, para ello valorarán las perspectivas de inflación y de los riesgos a los que están sujetas, teniendo en cuenta los nuevos datos económicos y financieros, la dinámica de la inflación subyacente y la intensidad de la transmisión de la política monetaria.

Por otra parte, respecto a los programas de compra de activos tradicional (APP por sus siglas en inglés) y el que se lanzó para hacer frente a la pandemia (PEPP), el BCE detalló que el tamaño de las carteras de ambos sigue disminuyendo a un ritmo “mesurado y predecible”, dado que ha dejado de reinvertir el principal de los valores que van venciendo.