Mañana, la Reserva Federal de Estados Unidos se reune para debatir la nueva marcha de su política monetaría después, de que el 4 de febrero se decidieran subir los tipos de interés a corto plazo.

Esta subida ha acelerado la situación de confusión en los mercados europeos, con constantes alzas en las rentailidades de la deuda a largo plazo, pese a que en algunos países, como en España, han bajado los tipos de interés a corto plazo. El Banco de España ha recortado desde principios de año el precio del dinero en un punto, y ahora se sitúa en el 8 por ciento.

Sin embargo, la rentabilidad de la deuda a diez años, las obligaciones denominadas 10,50, mostraron hoy mismo unos tipos del 8,93 por cien en el mercado secundario. Las ventas, muy agresivas en algunas sesiones, ha aumentado el diferencial entre el mrcado primario y el secundario en cerca de un punto.

La última subasta de obligaciones a diez años colocó su rentabilidad en el 7,81 por ciento mientras que en los últimos días de febrero el mercado las llegó a colocar en torno al 9 por cien.

El desconocierto ha aumentado después de que el Banco central alemán haya dado muestras de sus dificultades para bajar los tipos de interés oficiales, aunque ha dado alguna señal rebajando los intereses de sus repos, activos con pacto de recompra, que vieneequivaler a los tipos de intervención usados por el Banco de España.

Pese a que los tipos de interés a largo plazo están subiendo, el banco emisor español lleva varias jornadas reduciendo sus tipos de intervención, que se sitúan en el 8,10 por ciento, desde el 8,15 por ciento que venía siendo habitual. Toda esta situación se traduce en las bolsas europeas en una alta volatilidad, salpicada por importantes procesos vendedores.

El mercado español no podía mostrarse ajeno a esta situación. De repene, ante las ventas en el mercado de deuda, el dinero se retrae en las bolsas y la oferta juega a sus anchas.

La Bolsa de Madrid amplió sus pérdidas a última hora ante la apertura a la baja de Nueva York. El índice madrileño se colocó en el 333,87 por ciento, después de perder, 3,33 puntos. El índice Ibex, por su parte, concluyó la jornada con una pérdida de 38,45 puntos, y se situó en 3.666,61. La contratación global alcanzó los 20.809 millones de pesetas.

Mientras tanto, en la trastienda empresaial, la crisis sigue dando particulares coletazos. Mientras se aclara la situación financiera de Uniasa-Puleva, que podría estar al borde la suspensión de pagos, la Comisión de Valores decidió hoy suspender su cotización de manera cautelar. Uniasa, que desde principios de año ha perdido un 31 por cien en su cotización, fijó un último cambio en 518 pesetas.

Por otro lado, la cementera Corporación Noroeste ha solicitado su exclusión de la Bolsa de Madrid, que fue acordada en su última junta general extrordinaria.

Dentro del ambiente general de ventas, en la bolsa sorprende el comportamiento de Banesto, que cotiza a unas 800 pesetas, con una ganancia de 15 pesetas, a 4 días de su próxima Junta, en la que está prevista la aprobación de su plan de saneamiento, que pasa por la reducción de su nominal hasta las 400 pesetas.

El dólar, por su parte, se apreció respecto a la peseta en 34 centímos y se pagó a 139,19, mientras que el marco se mantuvo estable y cotizó a 81,92 pesetas.