El etiquetado ha sido utilizado por vez primera en la mañana de hoy en el puerto de Fuenterrabía (Guipúzcoa), donde entraron cerca de 200 toneladas de bonito destinado a la venta en lonja para fresco, cuyo precio oscilará entre las 440 pesetas para los minoristas y las 320 a 379 para los conserveros.

Cn ello, según el presidente de la Cofradía de Pescadores de Fuenterrabía, Esteban Olaizola, no se pretende que el ama de casa pague más por el producto, sino que pueda diferenciarlo y conseguir, mediante el apoyo social, "no comprando este producto", que los pescadores que faenan con artes de volantas cumplan las normativas comunitarias. Olaizola reiteró que no se trata de un problema de mercado, sino de sistemas de pesca que "no pueden convivir juntos".

Olaizola se mostró extrañado por las declaracioes de algunos conserveros, según los cuales no existe diferencia de calidad entre los bonitos pescados con artes tradicionales y los capturados con volantas.

El representante de los pescadores negó este extremo y destacó la falta de selección de las volantas y las negativas consecuencias que ésto podría traer para los recursos marinos.

Por otra parte, representantes de los pecadores del Cantábrico viajaron hoy hasta Bruselas para entrevistarse con el comisario europeo de Pesca, el griego Jannis Pleokrasas, para intentar conseguir su apoyo a los sistemas de pesca tradicionales frente al empleo de las volantas.