Así lo defendió durante su intervención en la presentación del 'Barómetro de la soledad no deseada en España 2024', elaborado por la Fundación ONCE y Fundación AXA dentro del Observatorio Estatal de la Soledad no Deseada, según el cual el 20% de los españoles se sienten solos en este momento y más de un 13% sufre soledad crónica y cuyo acto fue conducido por el director general de Servimedia, José Manuel González Huesa.

En el transcurso de su alocución, Bustinduy se mostró convencido de que la producción de conocimiento “es esencial para que la voluntad de desarrollar políticas públicas para abordar problemáticas sociales esté orientada, tenga sobre qué asentarse y siga en la dirección correcta”.

“Las políticas públicas deben desarrollarse a partir de conocimiento fiable, de conocimiento contrastado”, abundó, consciente de que, “gracias a los empeños que se han desplegado en esta última década, ya sabemos muchas cosas sobre el fenómeno de la soledad no deseada”, como que “puede afectar a personas a lo largo de su ciclo vital, pero con diferente intensidad y consecuencias”.

Junto a ello, explicó que también es conocido que esta experiencia “está íntimamente asociada” con el “contexto en el que se vive”. “Sabemos de la importancia que tienen los determinantes sociales, la pobreza, la precariedad, el estado de salud, las relaciones sociales, la vivienda, los modelos de convivencia”, manifestó.

“Cuatro de cada cinco personas en nuestro país asocian la soledad no deseada con un problema invisible y a dos de cada tres les gustaría poder hacer algo más para combatir este fenómeno con las personas de su entorno”, prosiguió, aportando cifras de un estudio de 2022.

INICIATIVAS BASADAS EN EL CONOCIMIENTO

Para el titular de Derechos Sociales, esto “nos demuestra que, cuando hablamos de soledad no deseada, ya existe un amplio consenso en la sociedad española”. “Por tanto, la labor y la tarea de las administraciones públicas debe ser ser capaces de traducir ese consenso, plasmarlo, cristalizarlo en iniciativas normativas que estén basadas sobre el conocimiento”, advirtió.

Tras señalar que el 90% de la población “asocia la soledad no deseada especialmente para las personas mayores”, juzgó “muy importante” que el Imserso, adscrito a su departamento, haya impulsado proyectos y programas “centrados” en “prevenir y mitigar la soledad no deseada entre usuarios de sus centros”, que están “focalizados” en personas mayores, pero también en aquellas con demencia o deterioro cognitivo.

“Ahora bien, también sabemos que la soledad no deseada no solo está presente en esa etapa de la vida”, incidió, para lamentar que, “en una sociedad donde ha primado el individualismo, la desintermediación, el aislamiento social, estas situaciones de soledad son cada vez más frecuentes y se dan en cualquier punto de la vida”.

Por eso, a su entender, resulta “fundamental apostar por un enfoque transversal y coherente y aplicado al conjunto de la sociedad de este fenómeno”. “Y la pregunta que nos tenemos que hacer también es cómo, en estas condiciones, podemos crear y afianzar redes de amistad, de vecindad, de asociacionismo, redes de apoyo que puedan dar estabilidad y sentido, preocupándonos al mismo tiempo de no generar un estigma con ello y poniendo también en valor aspectos positivos relacionados con la soledad”, entre los que mencionó “la creatividad, el espacio para la reflexión o el mero disfrute que pueda producir estar solo o sola”.

COMBATIR LA SOLEDAD Y PONERLA EN VALOR

En este contexto, admitió la importancia de “combatir la soledad no deseada y, a la vez, ser capaces de poner en valor el tiempo que dedicamos al recogimiento o al disfrute en solitario”. “Es una labor, un equilibrio que no es sencillo y que requiere de un esfuerzo conjunto”, apostilló.

Por último, hizo hincapié en que el planteamiento de su departamento está “centrado” en una política “de alianzas, de relevos y de apoyo mutuo” con el objetivo de que “estas tareas, estas empresas comunes, avancen en la dirección correcta y tengan el mayor impacto posible”.

“En este ámbito, como en muchos otros, sabemos que estamos solo en un punto de partida, en un esfuerzo que es necesario, pero que debe enmarcarse dentro de un proyecto más amplio de profundización de nuestra democracia, de universalización de los derechos sociales y de apuntalamiento de nuestro Estado del bienestar”, sentenció, para trasladar “todo” su “apoyo y disposición” para “poder traducir” este conocimiento “en políticas públicas y en mejora de las condiciones de vida de nuestros ciudadanos”.

A este respecto, la vicepresidenta 4ª de Servicios Sociales, Participación y Plan ONCERCA del Consejo General de la ONCE, Imelda Fernández, recordó que la soledad no deseada es un “fenómeno social que puede afectar a cualquier persona, que llega en cualquier momento”, sabedora de que “nadie está libre de poder sentir esa soledad”, que, según su criterio, “llega de forma transversal y global y lo hace en la mayoría de las ocasiones casi de forma silenciosa”.

PERSONAS MÁS VULNERABLES

Fernández indicó que hay “personas más vulnerables y que tienen más posibilidad de sentirla” y aseveró que el Grupo Social ONCE no podía “quedarse al margen” en este “tema tan importante” como “compromiso esencial” para “conocer y profundizar en qué es la soledad no deseada, cómo se percibe por parte de la sociedad, cómo actuar y cómo incide más en las personas que tienen una discapacidad”.

Según su punto de vista, el estudio presentado este lunes “servirá de base para profundizar e ir poniendo en marcha políticas públicas” para atajar este fenómeno y reivindicó la labor de los más de 20.300 ‘centinelas de la ilusión” del Grupo Social ONCE que “están en la calle escuchando activamente a los ciudadanos” así como del Observatorio de la Fundación, en cuya labor para “afrontar decididamente” y prevenir esta “pandemia” resulta “clave” la “unión” con entidades privadas y administraciones públicas.

Por último, el director general de la Fundación AXA, Josep Alfonso, expresó su convencimiento en que “para la prevención es necesario el conocimiento” y en que este estudio aporta un “profundo conocimiento sobre la soledad no deseada”.

“La soledad no deseada es un problema profundo, extenso y que tendemos a minimizar o relativizar o no darle la importancia que sin duda tiene”, denunció, para explicar que el barómetro “aborda con mayor profundidad factores y circunstancias que llevan a la soledad no deseada” y aporta “información suficiente para que tomemos medidas”.