López, de la Relojería Losada, ha sido el encargado de rehabilitar totalmente la histórica maquinaria, que volvió a funcionar a mediados de diciembre. Su temor a que el renovado reloj fallara fue la razón que le llevó a aconsejar al arquitecto Juan Blasco, jefe del edificio, que no permitiera manipular el reloj para que retardara las campanadas. Blasco ratificó hy esta versión.

López señaló a Servimedia que no hay problemas técnicos para que las campanadas del próximo año suenen lentamente y den tiempo a los españoles a tomar las uvas.

El relojero de Losada manifestó que, si la Comunidad así lo dispone, las próximas campanadas de Año Nuevo tendrán un ritmo menor, "por descontado. Técnicamente se puede hacer".