Así lo revela un informe de Funcas según el cual la cifra de nacimientos cayó en 22 de los 27 países de la UE en ese periodo. España registró la tercera mayor caída porcentual en el número de nacidos vivos de los países comunitarios, con un 38%, solo por detrás de Letonia (41%) y Grecia (40%), tal y como precisó la entidad en un comunicado.

“La cifra actual de nacimientos en España, de poco más de 300.000 al año, apenas alcanza la mitad de los registrados antes del desplome de la segunda mitad de los años setenta del siglo pasado”, destacó la organización, al tiempo que explicó que, hasta entonces, la cifra anual de nacimientos se había mantenido por encima de los 600.000, “con pocas excepciones, desde mediados del siglo XIX”.

Tras puntualizar que la cifra de nacimientos “no ha vuelto a crecer en los últimos 15 años, incluso en un contexto de llegada masiva de población foránea, más fecunda que la local”, Funcas resaltó que la bajada en la natalidad “no es uniforme” y que, en el caso de España, algunas zonas del norte “alcanzan o incluso superan el 45% de descenso entre 2008 y 2023”.

A Cantabria le siguen Asturias (45%), La Rioja (43%), Canarias (42%), Castilla y León (41%) y Galicia (40%).

Baleares y Murcia son las comunidades españolas que experimentaron los descensos “más moderados” en el periodo estudiado, aunque aún alcanzan un 31% y un 34%, respectivamente.

ENTRE LAS 50 PRIMERAS

En total, 15 comunidades autónomas y las dos ciudades autónomas figuran entre las 50 regiones europeas, de un total de 220 con datos, que concentraron las mayores caídas de la natalidad entre 2008 y 2023.

En este sentido, la directora de Estudios Sociales de Funcas, María Miyar, auguró que, en las próximas décadas, el país, “como buena parte del mundo, experimentará una transformación demográfica sin precedentes”.

“La persistencia de tasas de fecundidad inferiores al nivel de reemplazo repercutirá en una reducción muy sustantiva de la población activa y tensionará la sostenibilidad de los sistemas de pensiones, sanitario y de atención a mayores dependientes”, prosiguió, al tiempo que indicó que estas perspectivas implicarán también “grandes transformaciones” en el mercado de vivienda así como en la provisión de servicios como los educativos.

Para la experta, se trata de “un desafío para la planificación pública, pero también para la inversión privada”, que a su juicio “tendrá que adaptarse a una realidad poblacional muy distinta”.