Lo dijo durante el acto en el que recibió el Premio Nacional de Cinematografía 2023 en Tabakalera Centro Internacional de Cultura Contemporánea en el marco de la celebración de la 71ª edición del Festival Internacional de Cine de San Sebastián, que comenzó ayer. En el evento estuvieron presentes la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos en funciones, Nadia Calviño; el ministro de Cultura y Deporte en funciones, Miquel Iceta; y las directoras de cine Meritxell Colell y Elena López Riera, que dedicaron unas palabras a Carla Simón, entre otras autoridades e invitados.

En su intervención, Carla Simón arguyó que “dedicar tanto tiempo a una pasión es maravilloso, pero tiene un coste personal alto”, ya que “requiere muchas ausencias”. Así, refrendó que “el cine me obsesiona desde que lo descubrí”, hasta el punto de que “no sería feliz sin hacer películas”.

Esto le sirvió para dejar claro que “hacer cine es una forma de vivir, una manera de estar en el mundo y observarlo, y mi cine y mi vida van de la mano, aunque nunca sabremos si se puede hacer cine sin verlo”.

La cineasta catalana consideró una “suerte” y un “privilegio” poder “dedicarse a contar historias” y se revolvió contra la creencia que existe en la industria cinematográfica, que ella misma reconoció haber compartido hasta hace poco, de que “hacer buen cine pasa por sufrir en el rodaje”.

MUJERES DIRECTORAS

Carla Simón celebró que se esté viviendo una época de cambios, entre los cuales se encuentra la consolidación de las directoras de cine. Por ello, agradeció a aquellas mujeres que “marcaron camino para no utilizar a sus maridos para convencer a nadie”, como lo ocurrió a la cineasta húngara Márta Mészáros, y empezaron a “normalizar su derecho a contar historias”. Entre ellas, citó a Agnès Varda (1928-2019), Ida Lupino (1918-1995), Ana Mariscal (1923-1995), Pilar Miró (1940-1997), Josefina Molina e Icíar Bollaín. “Por fin hay más mujeres haciendo cine”, saludó.

“Qué emocionantes y contradictorios tiempos de cambio”, subrayó, para señalar que resulta “inverosímil” que en 2023 “todavía se censure películas y obras de teatro por razones políticas en varios lugares de nuestro país”, a lo que se añade la “autocensura” en el mundo de la cultura para ser “políticamente correctos”.

También llamó la atención sobre el pernicioso uso del lenguaje que provoca que se emplee el vocablo ‘contenido’ para referirse a películas y series, y el apelativo ‘consumidores’ para hablar de espectadores.

“Vivimos tiempos de cambio, pero qué frágiles son estos tiempos”, manifestó.

CINE INDEPENDIENTE

Carla Simón dedicó la última parte de su discurso a reseñar la importancia de que “ahora, más que nunca, hay que proteger el cine independiente”, aquel que nace en el “alma”, que plantea “retos”, que propone “juegos”, que “sale de dentro, porque es honesto”, que “necesita tiempo, mimo”, que se concibe desde “el pensamiento y el rigor”, que “puede ser oscuro y desprender alguna luz”, que “conecta con el espectador”, al que “hace crecer y avanzar”, que “exporta nuestras lenguas y culturas fuera”, que genera riqueza y empleo.

Por todo ello, observó la necesidad de “proteger el cine independiente, la libertad creativa y la evolución artística”. “Larga vida al cine independiente”, exclamó.

Por su parte, Iceta utilizó el catalán en la primera parte de su alocución para transmitir a Carla Simón que “este premio no es sólo un reconocimiento a tu trayectoria profesional, sino a tu forma de ser, de estar, de relacionarte y porque representa una bocanada de aire fresco. Algún día descubriremos el secreto de por qué todo el mundo quiere ser amiga de Carla Simón.

MAGIA DEL CINE DE CARLA

Ya en castellano, el titular de Cultura arguyó que “la magina del cine de Carla” es que “nos enseña lo que pasa” y, a pesar de que su filmografía se compone de dos títulos (‘Verano 1993’ y ‘Alcarràs’), deslizó “qué dos películas”.

Esto le sirvió para lanzar una “pregunta criminal”: “¿Será verdad que nos tienen que decir desde fuera lo bueno que tenemos por aquí?” e insistió con la siguiente cuestión: “¿’Alcarràs’ hubiera tenido el mismo recorrido si no hubiera recibido el Oso de Oro en Berlín?” Él mismo se contestó mostrando su confianza en que llegue “un día en que no nos haga falta una referencia, el estímulo de un premio internacional, para dar a las cosas que hacemos el valor que tiene”.

Iceta coincidió con Carla Simón en que “nos faltaba la potencia que está adquiriendo la mirada de las mujeres” y abundó en que “el cine se está enriqueciendo de una aportación que ha tardado demasiado, que ha tenido que vencer demasiados obstáculos para hacerse notar y ser valorada en su justa medida”.

Reconoció que “las mujeres han tardado en llegar, pero han llegado, como diría Alejandro Sanz, pisando fuerte”. No obstante, deslizó que el Premio Nacional de Cinematografía lo han recibido 14 mujeres y 38 hombres. “Para el empate nos falta mucho”, señaló.

A su juicio, “lo que tenemos que hacer es remover obstáculos, permitir que se vea y luego que se juzgue, y ahí será el valor de la obra que aporte cada cineasta”, lo que le dio pie para manifestar que el cine hecho por mujeres “durante mucho tiempo no se veía porque no se dejaba ver”.

A pesar de ello, saludó que el año pasado, con el reconocimiento que recibió Penélope Cruz, y este año, con el realizado a Carla Simón, se han juntado “dos generaciones, dos mujeres distintas, dos oficios distintos, pero que son inatacables”.

Iceta concluyó su discurso invitando a la directora catalana a “seguir trabajando, porque esto no es un trabajo de final de carrera” y remató trasladándole que “todavía tenemos que disfrutar de muchísimas películas tuyas”.

SEMBLANZAS

Por otro lado, Meritxell Colell y Elena López Riera dedicaron unas palabras a Carla Simón. La primera confesó su “inmensa alegría” por acompañar a quien presentó como su amiga y de quien señaló que es “estratosférica en todos los sentidos”.

Celebró que reciba el Premio Nacional de Cinematografía en San Sebastián, en el marco de “un festival que es una referencia y nuestra casa”, y definió la carrera de Carla Simón como la de alguien que siente “amor” por un “cine entendido como espacio de comunidad, vínculo, amistad; un cine que queremos, que amamos, que se preocupa por el mundo que retrata; un cine honesto y valiente”, que muestra su compromiso con la “vida”. “Así es su cine porque así es Carla”, remachó.

Por último, Elena López Riera puso de manifiesto que “este premio es el reconocimiento a una generación, una comunidad, a una manera de entender el cine”. Por ello, agració a Carla Simón, “en mi nombre y en el nombre de tantas otras”, que haya hecho posible “reapropiarnos del cine, llevarlo a nuestras tierras, a nuestro acento y a nuestras lenguas” y por “contradecir a quienes decían que el cine no era para nosotras: niñas de pueblo”. “Después de ti, nunca más una niña de pueblo pensará que es imposible hacer películas”, afirmó.