El protocolo unifica los criterios de atención a estas víctimas, evalúa cada una de las situaciones que se puedan detectar para dar una respuesta adecuada en cada caso y hace un seguimiento y un trabajo transversal y de colaboración con otras instituciones que trabajan también para la erradicación de la MGF.

La Generalitat aseguró hoy que se trata de un protocolo pionero en las policías del Estado español que obliga a partir de ahora a comunicar de forma inmediata cualquier caso de riesgo a la Fiscalía de Menores y que pone el énfasis en la tarea preventiva.

Por eso el protocolo incluye la definición de mutilación genital femenina como todas aquellas prácticas que implican la extirpació total o parcial de los genitales externos femeninos u otras agresiones a los órganos genitales de las mujeres por razones culturales, religiosas o de otras con finalidad no terapéutica.

El protocolo también define una situación de riesgo como aquella que vive una menor que se encuentra en el núcleo de una familia practicante, que no ha dejado atrás la tradición y que tiene programado un viaje al país de origen de los padres, mientras que califica de riesgo "urgente" aquel que requiere una intervención rápida porque el viaje está previsto que se realice en menos de un mes.

Según explicó la directora del Programa de Seguridad contra la Violencia Machista, Alba García, la MGF no responde a ningún precepto religioso y tiene un origen muy anterior a la mayoría de las religiones conocidas, y se practica actualmente en 26 países de África y algunos de Asia.

En Cataluña, donde viven 13.362 mujeres procedentes de estos países, 4.846 de las cuales menores de 19 años, hay muchas familias que llegaron como practicantes y defensoras de la tradición y que actualmente la han abandonado.

Aún así, los Mossos d'Esquadra todavía detectan casos, especialmente cuando llega la época de vacaciones. Entre el 1 de enero y el 30 de junio de este año, los Mossos han evitado 18 casos de ablación de clítoris.