Según Comisiones, es importante que en la elaboración del tratado hayan participado representantes de instituciones europeas y nacionales, con la intervención de observadores de las principales organizaciones que representan a la sociedad civil europea, incluida la Confederación Europea de Sindicatos (CES).

La central se manifiesta en un comunicado a favor del texto, por entender que supone un fortalecimiento de la dimensión política del proceso de integración europea, reequilibrando la relación entre mercado y democracia, y por considerar que una Unión más unida políticamente es una condición necesaria para hacerla menos vulnerable frente al proceso de globalización.

Para CCOO, uno de los aspectos más positivos del tratado es la inclusión, con pleno valor jurídico, de la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión, proclamada en Niza. Entre estos derechos figuran los de sindicación, información y consulta de los trabajadores, negociación y acción colectiva (incluida la huelga), protección en caso de despido injustificado o prohibición del trabajo infantil.

La central destaca igualmente que el tratado incluye también un conjunto de "disposiciones horizontales" que deben impregnar todas las políticas europeas, entre ellas la "cláusula social" que prevé un alto nivel de empleo, protección social adecuada, protección de la salud o un nivel elevado de formación y educación. El tratado constitucional reconoce la negociación colectiva, el papel de los interlocutores sociales y las cumbres del diálogo social.

El sindicato que dirige José María Fidalgo considera que el tratado supone un importante paso adelante en la democratización y fortalecimiento de la dimensión política de un proyecto de integración que ha contribuido a hacer de la UE el espacio de mayor bienestar social del planeta.

Los valores y objetivos sociales que el tratado incluye representen, según Comisiones, un avance evidente en relación con los existentes en los tratados en vigor, sin que pueda apreciarse ningún retroceso.