Castellano le recomendó que defienda sus ideas de forma "firme y serena", sin "estrabismos" y sin necesidad de decir en cada momento "lo que le gusta a cada uno" porque puede provocar una "esquizofrenia absoluta" de quien habla y de los que escuchan.

Durante un desayuno con miembros de la Asociación de Periodistas Parlamentarios, Castellano pidió a Almunia "que no haga como su jefe, el señor González, que metía mucho la pata porque le gstaba, en cada sitio, decir las cosas que pensaba que más agradaban al anfitrión".

Así, prosiguió, "llegaba a Chile y decía cosas, incluso, en justificación de Pinochet y a los cuatro días iba a Estados Unidos y decía que prefería morir en el metro de Nueva York" a vivir en Moscú. "No es bueno adular al anfitrión, y si hay que llevar la contraria, se lleva, que no está mal visto", espetó.