El secretario de Estado para las Relaciones con las Cortes, Jorge Fernández Díaz, explicó en una rueda de prensa en el Congreso de los Diputados que el sondeo de diciembre confirma la adaptación "muy lenta, pero continuada" a la nueva moneda.

Explicó que, en enero de 2002, cuando entró en vigor el euro, el 21 por cinto de los encuestados decía saber los precios igual que con las pesetas, la mitad que ahora.

Mayor es el porcentaje de quienes dicen tener aún alguna dificultad para conocer los precios en euros, que asciende al 43,3%, prácticamente la misma cifra de quienes aseguran lo saben igual que con la peseta.

El sondeo indica también que se ha reducido el uso de la calculadora, ya que en 2002 empleaban esta herramienta para manejarse con el euro la mitad de los encuestados, y dos años después de la entraa en circulación lo hace el 21,2 por ciento.

Por otro lado, en diciembre de 2003 el 38,5 por ciento de los españoles dijo que está más cómodo con el euro que con la peseta, mientras que el 56,1 por ciento se encontraba más a gusto con la anterior moneda.