La organización que agrupa a las patronales regionales que defienden los intereses del pequeño comercio señalaron que influirá, asimismo, que los establecimientos dedicados al equipamiento personal (textil, calzado, complementos…), que “tradicionalmente hacen un mayor aprovechamiento de estas campañas”, han registrado “una mejora de sus ventas” en los últimos meses, por lo que cuentan con menos stock “al que dar salida con precios agresivos”.

La patronal protestó también por el hecho de que, aunque las rebajas tradicionales comienzan este viernes, 1 de julio, “son muchas las firmas comerciales” que comenzaron con los descuentos “hace más de una semana” y con ellas, pequeños y medianos comercios que “se han visto arrastrados a adelantarlas para intentar competir y no perder las ventas de los primeros días, aunque esto suponga acortar los tiempos naturales de ventas en temporada a precios originales”.

En este sentido, apuntaron que no esperan que la campaña suponga “una dinamización importante de las ventas”, ya que, desde la liberalización de los periodos de rebajas en 2012, estas “han ido perdiendo poder de convocatoria y atractivo de cara al consumidor”.

El presidente de la CEC, Rafael Torres, afirmó que “se mantienen por tradición, pero la desestacionalización de los descuentos, que se encadenan a lo largo de todos los meses del año, bajo promociones o descuentos ocasionales, han disipado su impacto más allá de la primera semana”.

Además, subrayaron que el escenario inflacionista está afectando “de manera importante a la capacidad de compra de las familias y por tanto al consumo”, por lo que “no se espera un incremento significativo de las ventas”.

No obstante, la patronal es “moderadamente optimista” de cara a verano atendiendo a las previsiones de ocupación que se están haciendo desde el sector turístico y que “ya está teniendo su impacto en el comercio de zonas como Baleares o Canarias que están notando una reactivación de las ventas”.