Francisco accedió a la explanada en silla de ruedas, como suele ser habitual en sus últimas apariciones públicas debido a los problemas que tiene en la rodilla derecha, aunque se puso en pie para pronunciar las primeras oraciones de la eucaristía. Uno de los concelebrantes destacados en el altar junto a Francisco es el decano del Colegio Cardenalicio, Juan Battista Re.

Según previsiones de la Santa Sede, la solemne eucaristía, que no tiene rango de funeral de Estado al no tratarse de un papa reinante sino emérito, concluirá sobre las 11 de la mañana, cuando los restos de Joseph Ratzinger serán depositados en las grutas vaticanas, en la misma tumba que ocupó el cuerpo de Juan Pablo II.

Por petición expresa del difunto papa, la misa será sencilla. Según indicó la Oficina de Información del Vaticano, seguirá el modelo habitual de los funerales de los papas aunque con modificaciones.

El cuerpo del papa emérito será enterrado junto a monedas acuñadas durante su pontificado y el acta con el que el Vaticano resume su tiempo como 265 papa de la Iglesia católica.

En dicho escrito se destaca que Joseph Ratzinger "luchó con firmeza contra los delitos cometidos por representantes del clero contra menores o personas vulnerables, llamando continuamente a la Iglesia a la conversión, la oración, la penitencia y la purificación".

Asimismo, ensalza que fue un "teólogo de reconocida autoridad" y dejó "una rica herencia de estudios e investigaciones sobre las verdades fundamentales de la fe".