CCOO afirma que la homologación del cemento de origen extra comunitario, no prevé la realización de controles periódicos de calidad, lo que origina en muchas partidas defectos cualitativos que perjudican a largo plazo la seguridad de la construcción.

La legislaciónespañola exige un nivel mínimo de resistencia del 35%, y según la citada federación sindical, "la mayoría del cemento importando no lo supera, ni su calidad es uniforme en la misma partida". Asimismo, el fabricado en España son objeto de controles periódicos, para asegurar su calidad.

Los sindicalistas creen que el factor principal que determina la peor calidad del cemento extranjero es el retraso tecnológico en las factorías de origen.

El 40% del cemento utilizado en España procede del extranjer, Grecia, Polonia, Turquía y Yugoslavia son los principales países exportadores de esta materia. Asimismo, la mayoría del cemento traído de estos países se utiliza en Andalucía.

La federación de la construcción de CCOO afirma también que en obras públicas de características especiales "no se utiliza el extranjero, como es el caso de los pantanos", e insiste en que un edificio construido con este tipo de material "en diez o doce años puede sufrir resquebrajamientos".

Comisiones Obreras estima que e continuar el ritmo de crecimiento de las importaciones de cemento "las fábricas españolas corren el riesgo de convertirse en agentes de distribución del fabricado en el exterior", por lo que en la actualidad, según el sindicato, peligran los 1.368 puestos de trabajo del sector, así como el futuro de la industria auxiliar.

El precio de una tonelada de cemento fabricado en España se sitúa entre las once mil quinientas y las siete mil pesetas, mientras que el procedente de países del Este oscila entre as ocho y las seis mil pesetas.