En el caso de razas caninas españolas, el reconocimiento oficial de las organizaciones de criadores corresponderá a las comunidades en las que radique el origen de la raza, teniendo en cuenta aspectos técnicos, socioculturales e históricos.

En el caso de que el origen de estas razas fuera compartido por varias regiones, la normativa establece que aquella que tenga un mayor número de ejemplares censados será la que tendrá la competencia de otorgar el reconocimiento.