Vivienda
El Congreso Internacional de Vivienda y Ciudad urge a las instituciones a buscar enfoques transdisciplinares para revertir la crisis habitacional con el apoyo de las universidades públicas
- La consejera Sílvia Paneque, el teniente de alcalde Jordi Valls y representantes de la UB, la UPF, la UAB y la UPC defienden la colaboración entre administraciones públicas y el mundo académico para impulsar políticas efectivas en materia de vivienda
- Los académicos reclaman hacer efectivo el derecho a la vivienda reconocido constitucionalmente, como base de un verdadero servicio público de vivienda

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La Càtedra Barcelona d’Estudis d’Habitatge (CBEH) inauguró el I Congreso Internacional de Vivienda y Ciudad, que se celebra durante dos días en la Barcelona School of Management (UPF). El congreso reúne a expertos locales e internacionales para analizar los grandes retos de la emergencia habitacional desde una perspectiva transdisciplinar y europea.
El congreso ha contado con la presencia de la consejera de Territorio, Vivienda y Transición Ecológica, Sílvia Paneque; el cuarto teniente de alcaldía y responsable de Vivienda del Ayuntamiento de Barcelona, Jordi Valls, y los representantes de las cuatro universidades impulsoras de la Cátedra: Joan Guàrdia, rector de la Universitat de Barcelona (UB); Daniel Crespo, rector de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC); Vanesa Daza, vicerrectora de Transferència del Coneixement de la Universitat Pompeu Fabra (UPF), y Xavier Gabarrell, vicerrector de Campus y Sostenibilitat de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB). Todos ellos han coincidido en destacar la importancia de la investigación colaborativa y aplicada en un ámbito tan crítico como la vivienda.
El encuentro pone el foco en temas como la regulación del mercado de la vivienda, la vulnerabilidad, la segregación, la salud o las transformaciones urbanas, con el objetivo de generar conocimiento útil para impulsar políticas públicas más efectivas.
Josep Ferrer, codirector de la càtedra, ha dado la bienvenida a los asistentes y ha recordado que “la crisis habitacional es estructural y compleja, y solo desde la suma de disciplinas y actores podremos construir respuestas útiles y transformadoras. Esa es la misión de la Càtedra, y este congreso es una clara expresión de ello”.
La consejera Sílvia Paneque ha asegurado que la administración catalana cuenta con el mundo académico para “aprovechar su rigor” a la hora de “diseñar unas políticas públicas eficientes y efectivas”, especialmente en el delicado momento actual en relación con el acceso a la vivienda.
Paneque ha detallado que la Generalitat trabaja bajo la premisa de no perder nunca la titularidad pública como vía para ampliar el parque público. La consellera y portavoz ha explicado que se buscan “cambios estructurales para un problema estructural” y que se contemplan múltiples factores como la seguridad o la mejora de los barrios, además de las políticas directamente relacionadas con la vivienda. Un enfoque multidisciplinar del problema habitacional que está en consonancia con las iniciativas de la Càtedra.
En la misma línea, el teniente Jordi Valls ha reflexionado sobre la necesidad de colaboración entre la academia, el sector público y el privado, que debe permitir recuperar una política de vivienda ambiciosa: “Tenemos que pensar entre todos qué ha pasado en los últimos quince años para llegar a la situación actual”, ha afirmado. Finalmente, ha asegurado que el derecho a la vivienda debe ser tratado “con la misma centralidad que la salud o la educación, pues es uno de los pilares fundamentales del Estado del Bienestar”.
Todos los ponentes han coincidido en poner en valor la trayectoria de la Càtedra, que en solo tres años se ha consolidado como un espacio de conocimiento útil y transversal, con vocación europea y de servicio público, y han subrayado la necesidad de reforzar la conexión entre universidad, instituciones públicas y sociedad.
BARRIOS
Tras la inauguración, celebrada este lunes, el congreso ha comenzado con la conferencia inaugural de Jean-Bernard Auby, profesor de Derecho en Sciences Po (París), dedicada a las ciudades inteligentes, tema de su último libro en proceso de traducción al castellano por la Càtedra, que será publicado este año por Marcial Pons editores. Auby ha destacado que la digitalización, la innovación y las nuevas tecnologías del uso de datos, como la inteligencia artificial, transforman las infraestructuras, la gobernanza y los servicios públicos. Aunque ha reconocido que aún no existe un modelo jurídico específico para la ciudad inteligente, ha subrayado la necesidad de avanzar hacia una regulación que garantice la transparencia, la equidad y la colaboración ciudadana.
En la primera mesa redonda del congreso, moderada por la codirectora de la Càtedra Montserrat Pareja-Eastaway, se ha ofrecido una mirada desde las ciencias sociales sobre la vivienda, evidenciando cómo los problemas de asequibilidad se articulan dentro de una estructura social, jurídica y política más amplia. Irene Sabaté (UB) ha señalado que el derecho a la vivienda no se protege con la misma firmeza que el derecho a la propiedad, y ha identificado tres grandes formas de vulneración: la inasequibilidad, la inestabilidad y la inadecuación. Por la tarde, la profesora Sabaté ha presentado además su nuevo libro Un lugar donde volver. Mujeres en lucha por una habitación propia (Ed. Bellaterra, 2024).
Frente a estos problemas han surgido en los últimos años distintos movimientos sociales en defensa de la vivienda que, según los investigadores João França (UB) y Jordi Mir (UPF), han sido decisivos para transformar la percepción colectiva del derecho a la vivienda e impulsar cambios legislativos. Finalmente, Sergi Valera (UB) ha puesto el acento en el espacio público como parte esencial del ecosistema residencial y como lugar de interacción social que contribuye al bienestar, del que muchos colectivos siguen siendo excluidos.
En la mesa sobre vivienda, vulnerabilidad y sinhogarismo, moderada por Juli Ponce, codirector de la Càtedra, Wellington Migliari (UB) ha insistido en la importancia de los barrios y entornos como factores de socialización. Con el estudio de caso de Belo Horizonte (Brasil), Migliari ha señalado que la adolescencia suele ser un momento crítico en el que muchas personas pierden la condición de hogar, y ha defendido la necesidad de políticas públicas que aborden el sinhogarismo desde una perspectiva estructural, preventiva y territorializada. Por la tarde, Migliari ha presentado su último libro El Derecho a la Vivienda y la Ciudad: ¿efectividad y exigibilidad de un hogar? (Ed. Tirant Lo Blanch, 2025).
También sobre la relevancia de los barrios ha tratado la mesa “Segregación residencial, gentrificación, turistificación”, moderada por la codirectora de la Càtedra Judith Gifreu. En ella, Montse Simó y Karla Berrens (UB) han presentado el estudio “¿Vivienda de lujo o la vivienda es un lujo?” sobre la transformación urbana y social de la Dreta de l’Eixample. Han analizado cómo este barrio se orienta cada vez más hacia el mercado de lujo internacional, con viviendas que alcanzan precios de hasta 18.000 euros mensuales, mientras la población residente sufre un desplazamiento sutil pero constante.
El análisis de anuncios inmobiliarios y entrevistas a vecinos ha evidenciado una clara sustitución social, en la que los residentes nacionales son quienes más abandonan el barrio, mientras que los recién llegados —principalmente de Italia, Francia y Argentina— se establecen con mayor frecuencia. Las investigadoras también han alertado sobre el cambio de usos del espacio público y del comercio de proximidad, así como sobre la situación de desventaja estructural de los inquilinos frente a la expansión de grandes operadores inmobiliarios. En este proceso, han concluido, el lujo no solo se vende como bien tangible, sino como experiencia de vida exclusiva, con Barcelona como escenario atractivo para un público global.
A continuación, Fernando Gil Alonso y Cristina López Villanueva han presentado una investigación centrada en la fragmentación espacial de las áreas urbanas españolas y sus efectos sobre la cohesión social. El estudio demuestra que los colectivos africanos son los más segregados y fragmentados, especialmente en Barcelona, mientras que los ciudadanos europeos tienden a concentrarse en los centros históricos y barrios de clase media. Esta distribución genera barreras sociales y territoriales que dificultan la interacción entre grupos, debilitan los vínculos comunitarios y consolidan desigualdades estructurales en el acceso a la vivienda y a los recursos urbanos.
(SERVIMEDIA)
27 Mayo 2025
s/gja