Así lo avanzó el autor en una entrevista concedida a Servimedia en la que agregó que, en poco más de 200 páginas, a través de esta “inyección de ánimo económico” también ha pretendido compartir “nociones básicas y consejos” para que los lectores logren “tener un poco más de confianza y de seguridad como consumidores” y que resultarán útiles “no solo para ahora, sino también para el futuro, para cuando estemos bien”.

En este “alegato contra el miedo y la incertidumbre” en los que está instalada la economía española tras el estallido de la pandemia y la actual guerra en suelo europeo y frente al “bombardeo” de noticias económicas “agoreras y malas”, Camarero trata en su obra de que “el ciudadano, la gente de a pie, le pierda miedo a esas muchas preguntas que se hace y que no tienen una respuesta clara” en torno a la factura de la luz, la hipoteca, las pensiones o los impuestos.

En respuesta al presidente Sánchez, que se mostró convencido de que “el apocalipsis ni ha llegado ni va a llegar” a España, el periodista matizó que, pese a los “problemas” que se suceden y que “van a continuar también este año”, su referencia al “apocalipsis” se basa “en la sensación general de que parece que el mundo se va a acabar mañana”.

En este punto, subrayó que la economía “en general” está “mejor preparada” que cuando se desencadenó la crisis de 2008, de la que, a su juicio, “hemos aprendido que no todo puede ser una fiesta continua, económicamente hablando”.

DESTERRAR EL APOCALIPSIS ECONÓMICO

Para “desterrar la idea de apocalipsis económico”, el libro tiene como “pilares” el análisis de los “tres ejes fundamentales de las preocupaciones de los españoles”, como son el coste de la energía, la situación de la banca y el futuro de las pensiones, entre muchos otros sectores cuya evolución afecta al bolsillo.

Por lo que respecta a la energía, el comunicador aborda el asunto “en todos sus aspectos”, convencido de que la guerra que se está librando en Ucrania, “en el fondo, es una guerra muy económica, una guerra energética, que se ha trasladado directamente a todo el mercado de la energía”.

“Hasta hace dos o tres años nadie se preocupaba por la factura de la luz o del gas, simplemente nos limitábamos a pagar el importe. Ahora ya sí que nos planteamos cuánto estamos pagando, por qué estamos pagando un concepto, a qué se debe un cargo”, apostilló, consciente de que, en los últimos “diez o veinte años” Europa ha ido adoptando “decisiones” que le han hecho “depender mucho de Rusia” al optar por “estar del lado ruso desde el punto de vista energético” porque era la opción “más barata, fácil y factible” y también porque, según su punto de vista, “Alemania influyó mucho en ese sentido”.

En segundo lugar, la obra disecciona la situación de los bancos, la financiación, las hipotecas o los créditos, área en torno a la cual, a su entender, “también hay muchísimas dudas entre la gente, que no tiene el conocimiento suficiente como para saber a lo que nos estamos enfrentando como consumidores”.

El tercer “aspecto fundamental” en el que se centra el libro es el de las pensiones, que considera “algo transversal que afecta a toda la sociedad” y en torno a las cuales también ha “intentado aclarar términos, condiciones, qué está pasando y qué puede pasar realmente con ellas”.

MERCADO ENERGÉTICO

Preguntado por la propuesta del Gobierno de España a Bruselas para sacar la hidroeléctrica y la nuclear de la subasta marginalista, explicó que en Europa se han tomado “decisiones de intervención en mercados que hace cuatro o cinco años nadie esperábamos que pudiera tomar la Comisión Europea” y defendió que la forma en la que se ha afrontado la crisis en el continente con “soluciones muy rápidas y complejas” es “un cambio de paradigma muy relevante” que le hace confiar en que “sí se van a cambiar las reglas” en el mercado energético.

No obstante, señaló que, tras la implementación de “cualquier decisión estructural de este tipo, no esperemos que el mes que viene nos baje la factura de la luz muchísimo”. “Esto es a muy largo plazo y, por lo tanto, nos tendremos que acostumbrar a precios muy volátiles, como ha ocurrido en los últimos meses”, resolvió.

Con relación a las enseñanzas que los consumidores españoles tendrían que haber extraído de esta crisis, destacó la importancia de “tener más interés por nuestro dinero”. “Esta crisis nos ha hecho estar más pendientes de nuestros bolsillos y de nuestro presupuesto de lo que estábamos antes”, añadió, para lamentar que “sea una crisis económica la que nos haga abrir los ojos y preocuparnos por nuestro dinero”.

GOBERNAR CON MENTE ABIERTA

Entre sus “recetas” para gestionar la economía, también urgió a los gobernantes a “tener la mente abierta” y “aprender a hacer en cada momento lo que sea necesario”, adaptando su programa a la “cambiante” situación económica y “no dejándose llevar siempre por el dogma ideológico” para “solucionar una situación compleja como la actual o como las que pueden venir en el futuro”.

“Las circunstancias económicas han cambiado tanto y son tan dinámicas y se transforman tan rápidamente que, a lo mejor, tienen que tomar medidas que no tenían pensadas, pero que puede que sean las buenas para ese momento”, indicó, para emplazar a los gobernantes a “estar dispuestos a todo económicamente”.