"Las relaciones de España con Cuba, salvo en el caso del nombramiento el embajador, son plenamente normales" y seguirán su propia marcha con independencia de las decisiones de la administración Clinton.

Según el portavoz del Ejecutivo, el cambio de gobierno en España tras las elecciones de marzo de 1996, "no ha supuesto una actitud distinta rspecto a la que se tenía con la isla. En ningún caso ha habido un ruptura, lo que hay es una negociación abierta porque el Gobierno cubano no dió el placet a la persona que propuso el Gobierno español para ser embajador".

Rodríguez insistió en que las negociaciones para proceder al nombramiento de embajador en Cuba siguen su marcha y su conclusión no depende en ningún caso de la visita que, previsiblemente, realizarán los reyes de España próximamente.

"No hay ninguna relación entre el cambio de atitud de Estados Unidos y la marcha de las relaciones de España con Cuba. El nombramiento del embajador no tiene nada que ver ni con visitas futuras ni con las relaciones de Cuba con otros países", aseveró.