Así lo precisó este martes el ministro de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, Pablo Bustinduy, durante su intervención en la Comisión de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030 del Senado, en la que subrayó que su departamento está “trabajando de la mano del Ministerio de Sanidad” en el desarrollo de un nuevo real de decreto que pretende “garantizar” unos “estándares mínimos de calidad” en la alimentación en centros hospitalarios y en residencias de todo el país, al igual que ya ocurre en los comedores escolares.

“Estamos en la primera fase de elaboración de esta normativa, pero creo que también va a suponer un gran paso adelante”, aseveró, convencido de que será así “no solo porque hay un gran clamor social, una gran incomprensión” sobre el hecho de que, en estos contextos, “la alimentación que se recibe no guarde cierta coherencia con los cuidados y los tratamientos que estamos recibiendo”, sino también por el interés del Gobierno de “reivindicar el derecho a una alimentación saludable, que forma parte de nuestro derecho al bienestar”.

En este sentido, defendió que la alimentación “no solo es una expresión de identidad de la que estamos profundamente orgullosos, sino que además es uno de los principales mecanismos de garantía de unas condiciones de igualdad, de bienestar y también de disfrute en la vida”.

COMEDORES

Con respecto al decreto de comedores, que, según el ministro, se encuentra en fase de “despliegue y aplicación”, dijo esperar que “suponga un antes y un después” en la mejora de la alimentación de los alumnos de todo el país.

A este respecto, advirtió de que, según el estudio Aladino, la prevalencia del exceso de peso en niños llega hasta el 48% en familias con ingresos inferiores a los 18.000 euros, frente al 29% en las familias que ingresan más de 30.000 euros, esto es “casi 20 puntos porcentuales de diferencia”.

Ante este escenario, este real decreto busca garantizar que “todos los niños del país, independientemente de los recursos de su familia o del código postal en el que vivan”, tengan acceso a cinco comidas saludables, según los estándares de la Organización Mundial de la Salud, lo que, según Bustinduy, “quiere decir una alimentación nutricional basada en el consumo de frutas y verduras de temporada, en limitar el consumo de frituras, de ultraprocesados, en garantizar que se sirva solo agua como bebida en los comedores, en regular las llamadas máquinas vending en estos centros” y, en suma, en “garantizar unas condiciones mínimas” de alimentación para todos los escolares del país.