Tras cometer el triple asesinato, el homicida se cortó las venas, tomó un sedante y se desmayó, auque no murió, permaneciendo durante más de 12 horas inconsciente, en medio de un gran charco de sangre y junto a los cadáveres de su familia. Cuando despertó avisó a la policía.

El asesino ingresó después en el Hospital Insular bajo custodia policial y permanece allí en estado muy grave. La policía encontró los cuerpos de la familia apilados en la cocina de la vivienda. Según las primeras investigaciones, el asesino mató primero a su mujer. La segunda víctima fue la hija, que estaba viendo la televisin y, por último, arremetió contra el pequeño, que dormía en su cama.

Los vecinos del barrio, conmocionados por el suceso, coincidieron en señalar que el homicida es una persona muy agresiva, que maltrataba tanto a la mujer como a los hijos y que había llevado la situación familiar tan al límite que su esposa se había intentado suicidar y estaba bajo una fuerte presión nerviosa.

De hecho, existía una sentencia judicial que impedía a Fernando Iglesias entrar en la vivenda familiar por reiterados maos tratos, aunque al final la esposa terminó reconciliándose con el que después sería su asesino.