En el fondo de esta pugna, el enfrentamiento larvado entre el sector oficial, encabezado por el presidente provincial, Federico Souvirón, que había obtenido casi todos los delegados en esa votación ahora anulada.

Souvirón llegó a presentar un total de setenta y cinco candidatos para optar a las veintiocho plazas, siendo el único requisito para participar en la elección el estar al día en las cuotas. Por ello, todos los que desearon participar en la elección d compromisarios debieron ponerse antes al día en los pagos.

A pesar de los más de dos mil militantes del PP en la ciudad de Málaga, sólo pasaron el control previo trescientos, aunque en las urnas, una vez cerrada la votación se pudieron contabilizar trescientas noventa y nueve papeletas.

El escrutinio arrojó un resultado muy favorable al sector oficialista, ya que de los veintiocho compromisarios electos, sólo uno pertenecía al grupo que lidera Celia Villalobos.

La diferencia entre el censo e votantes (pagadores de cuotas) y las papeletas sirvió al sector democristiano para, primero, impugnar el escrutinio, que necesitó ser repetido arrojando idénticos resultados, y segúndo para impugnar el proceso.