Según informó hoy la Jefatura Superior de Policía de Madrid, las investigaciones comenzaron cuando se tuvo conocimiento por parte de los policías actuantes que, una misma persona había realizado multitud de visitas a casas de compraventas de joyas y metales preciosos. Una vez en el lugar, vendía joyas que presentaban la coincidencia de ser nuevas o tener poquísimo uso.

Gracias a las gestiones realizadas, los agentes descubrieron que se trataba de un joven que rondaba los 30 años, y que según informaciones recabadas, en los dos últimos años no había tenido actividad laboral alguna. También se logró localizar la pensión que ahora utilizaba como domicilio.

Con todos los datos recabados por los investigadores, se logró reconstruir "el modus operandi" del ahora detenido. Entorno a las 10:15 de la mañana salía de su domicilio y deambulaba por diversas calles de Madrid; una vez localizaba una joyería que no tenía sistema de grabación, y en la que además sólo había un dependiente, entraba.

Ya dentrosolicitaba al comercial que le mostrara diversas piezas de joyería, y en el momento apropiado se apoderaba de las mismas, sin que nadie se percatara de ello. Luego, con la excusa de que no llevaba dinero suficiente para adquirir el objeto elegido, abandonaba el lugar con su botín.

En una de las visitas de los investigadores a una casa de compraventa de joyas, recuperaron diversas piezas, las cuales fueron mostradas en algunas joyerías, de donde se creía pudieran haber sido sustraídas. Los joyeros mostraron su sorpresa al reconocer alguno de los objetos, como de su propiedad. Manifestaron que no se habían percatado de su robo, debido a que el recuento de joyas, no se hace a diario.

Con todas las pruebas ya en su poder, los agentes detuvieron a Miguel Ricardo a la salida de una joyería de la calle Bravo Murillo. En el cacheo le fueron ocupadas diversas piezas de alta joyería, las cuales acababa de sustraer sin que nadie se percatara de ello.

Aunque se han recuperado piezas por valor de unos 5.000 euros, la investigación ha calculado que puede alcanzar los 100.000 euros el montante total de lo sustraído.