Díaz invitó a Feijóo a escuchar “mucho al pueblo español” y a “votar a favor de la reducción de la jornada laboral que tanto ansían sus votantes”, en lugar de posicionarse en contra, como han hecho los populares ante otras medidas del Gobierno.

Al margen de estas cuestiones propias de su Ministerio, la vicepresidenta segunda volvió al tema del gasto en defensa y se ofreció a debatir con Feijóo, al igual que con cualquier otro portavoz parlamentario, sobre la política de defensa, el presupuesto militar, el modelo de defensa europeo o los derechos humanos.

“Yo soy muy clara en esta materia, todos los asuntos que son muy importantes para nuestro país, todos, no solamente el asunto de defensa, que faltaría más, todos tienen que ser debatidos con transparencia (…) en el Congreso de los Diputados”, expresó Díaz ante los medios, en Barcelona.

La vicepresidenta segunda recalcó que Sumar está en contra del plan de rearme lanzado por la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, y señaló que la necesidad de Europa es “corregir un error histórico”, como fue “subordinar” la política exterior y la política de defensa a Estados Unidos.

“Europa necesita una política propia en materia de defensa y de seguridad y, por supuesto, una política exterior propia. Pero esto lo que requiere es, como en otras materias, como en materia industrial, que definamos el modelo de seguridad y de defensa que necesita la Europa en el siglo XXI”, expresó la ministra de Trabajo.

Para Díaz, el debate no debe girar en torno al incremento del gasto militar, sino sobre la coordinación de la defensa europea con una “política mancomunada” en defensa. “Si somos europeos, si estamos de acuerdo en que necesitamos la autonomía estratégica, en este caso, en materia de defensa, se tiene que diseñar, delinear y definir conjuntamente”, agregó.

La vicepresidenta europea ligó el debate del gasto en defensa con el “enorme problema” que tiene Europa en cuestiones de autonomía estratégica en materia industrial. Además, insistió en que tampoco se pueden dejar de lado las preocupaciones de los europeos, como la precariedad, la pobreza o la falta de perspectivas de futuro.