Anemia

Las dietas veganas y vegetarianas, causa “cada vez más frecuente” de anemia por falta de hierro en mujeres jóvenes

MADRID
SERVIMEDIA

El seguimiento de una dieta vegana o vegetariana se ha convertido en una causa “cada vez más frecuente” entre los factores de riesgo para el desarrollo de una anemia ferropénica (por déficit de hierro) en mujeres en edad fértil, que tienen un riesgo diez veces superior de sufrir anemia por este motivo que los hombres.

Así lo advirtió este jueves la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), que ha publicado un documento que “pone al día” toda la evidencia científica acumulada sobre la anemia en la población femenina en general, embarazadas y pacientes con patologías ginecológicas y en el que, como “primera medida” para tratarla, recomienda “una adecuada profilaxis, un precoz diagnóstico y su correcto estudio y tratamiento”, según precisó en un comunicado.

“Las causas son diversas y las diferentes formas de abordarlas dependen de ello y están influidas por múltiples factores que deben ser tenidos en cuenta”, destacaron los autores del consenso, que señalaron que el déficit de hierro aparece implicado en más de la mitad de los casos de anemia y “conduce a efectos nocivos en la salud general de las mujeres, incluso antes de la aparición de la anemia”.

El sangrado menstrual “abundante”, el sangrado uterino “anormal” y las pérdidas sanguíneas de origen intestinal son las causas “más frecuentes” en las mujeres españolas, tal y como indica el documento, que advierte de que el sangrado menstrual abundante es la primera causa de anemia por déficit de hierro en mujeres en edad fértil, afectando hasta casi el 30%, de las cuales el 70% presenta anemia.

“La combinación de varios factores como puede ser la dieta pobre en hierro y las pérdidas de sangre abundantes por la menstruación determina que la anemia por déficit de hierro sea mucho más frecuente en la mujer que en el hombre”, insistieron los autores del documento, que recordaron que la reposición de las reservas de hierro y su vía de administración, oral o intravenosa, “son controvertidas, debido, en parte, a las preguntas que rodean la formulación óptima, la capacidad de absorción y la vía de administración”.

En este sentido, tras subrayar que la “tolerancia y eficiencia” del hierro oral “están influidas por múltiples factores con capacidad de predecir una posible mala respuesta”, los investigadores urgieron a “promover” el estudio diagnóstico “para una óptima corrección y profilaxis de la anemia y los déficits nutricionales en todas las mujeres en edad fértil”.

EMBARAZADAS

Por lo que respecta a las mujeres embarazadas, que tienen una mayor necesidad de hierro, puntualizaron que el hierro absorbido “es necesario para completar las necesidades de hierro fetales y placentarias, así como para compensar la pérdida de sangre que se produce durante el parto, sin olvidar los requerimientos aumentados durante la lactancia materna" y aseveraron que, según la OMS, aproximadamente el 42% de las gestantes sufren anemia en algún momento del embarazo.

“Debido a la alta frecuencia de las anemias durante la gestación y a que pueden asociarse a peores resultados materno fetales, es fundamental la identificación y diferenciación de la anemia patológica de la gestacional fisiológica”, sentenciaron sus autores, que defendieron que el embarazo “supone unos requerimientos adicionales de entre 800 y 1.000 miligramos de hierro elemental para cubrir las necesidades maternas y fetales” y juzgaron “muy importante” el aumento del consumo de hierro dietético durante la gestación.

“A la vez que suplementamos, en todas las embarazadas debemos recomendar también una dieta lo más rica posible en hierro, así como medidas que favorezcan la absorción del mismo”, indicaron los autores, que explicaron que el hierro hemo, del que se absorbe el 40% frente al 2% del hierro no hemo, se encuentra fundamentalmente en las carnes, yema de huevo, pescado azul y blanco y marisco de concha.

En la anemia por deficiencia de hierro durante el embarazo las opciones terapéuticas incluyen hierro en presentaciones tanto orales como parentales y los expertos destacaron que la “primera línea de tratamiento en la mayoría de las pacientes” es la reposición con hierro oral debido a su “eficacia, seguridad y bajo costo”. “Sin embargo, el principal problema de las presentaciones orales es que pueden asociarse con mala tolerancia y una tasa de efectos adversos de hasta un 40%, entre los cuales se incluyen las náuseas, vómitos, diarreas, constipación y dolor abdominal, apostillaron.

DOSIS INTERMITENTE

Los autores del consenso de SEGO concluyen que el régimen “intermitente” puede ser una “alternativa viable” a la administración diaria de suplementos de hierro en las gestantes que no presentan anemia y que reciben una atención prenatal “adecuada”. “La evidencia existente sustenta considerar el hierro endovenoso como una opción razonablemente segura y más eficiente que el hierro oral”, agregaron, para recordar que las nuevas formulaciones permiten el "reemplazo completo" del déficit de hierro en una dosis única administrada en 15 minutos y "de modo más seguro que con preparados endovenosos previos”.

Según el documento, la atención temprana en el posparto “debe garantizar el seguimiento para las madres con un nivel de hierro comprometido, con el fin de apoyar la lactancia materna durante al menos seis meses y promover mejores prácticas de alimentación infantil”, si bien aconseja "tener en cuenta" que ni la anemia severa ni su tratamiento "debe contraindicar la lactancia materna, más aún cuando se trata de neonatos con bajo peso al nacer”.

En el caso de las mujeres adolescentes, de entre 10 y 14 años, los expertos lo consideraron un grupo de población “muy susceptible de presentar carencia nutricional de hierro” al sufrir un “incremento importante” de los requerimientos de nutrientes y, especialmente, de hierro, relacionado con aceleración del crecimiento, cambios en la composición corporal o pérdidas menstruales.

Según su criterio, su aporte dietético “suele ser deficitario en relación con factores psicosociales” como la actividad deportiva, la “preocupación por la imagen corporal, el temor a la obesidad y las comidas rápidas”, por lo que las embarazadas en este tramo de edad son “especialmente vulnerables”, dado que necesitan hierro “por partida doble, para su propio crecimiento y el del feto”.

(SERVIMEDIA)
21 Abr 2022
MJR/clc