Así se desprende de los datos publicados este martes por la OCDE que revelan que la tasa española es la décima más baja de los 38 países analizados. También es inferior a la media del G7 -las siete mayores economías del mundo-, que registró en septiembre una inflación del 4,1%.

En comparación con el mes anterior de julio, la tasa española ha subido en nueve décimas, mientras la media de la OCDE se ha reducido en dos décimas. Así, España es de los ocho países en los que los precios han repuntado entre julio y agosto de este año.

Si se desagrega por productos, la inflación de los alimentos del entorno mundial fue del 8,1% en agosto, mientras que en España fue superior, del 10,5%. Los precios de la energía cayeron hasta una tasa negativa del 0,5% en la OCDE, mientras que en España se abarataron un 14% por la caída tan sustancial de estos bienes respecto a hace un año.

Si se excluye la comida y la energía de la inflación, la tasa en la OCDE se situó en el 6,5% en agosto y en el 4,4% en España.