Sanidad

Directoras de enfermería apuestan por visibilizar la labor de la enfermería y aumentar sus competencias

MADRID
SERVIMEDIA

Directoras de enfermería de diferentes hospitales galardonados por el Monitor de Reputación Sanitaria (MRS) del Consejo General de Enfermería (CGE) se mostraron de acuerdo este miércoles en que una mejora del Sistema Nacional de Salud (SNS) requeriría poner en valor su papel, para lo que sugirieron una apuesta por la “discriminación positiva de los cuidados”, que se les de más competencias y que se visibilice la labor que realizan.

Así se puso de manifiesto en el debate premio a la entrega de estos galardones, que contó con los testimonios del presidente de la Asociación Nacional de Directivos de Enfermería (ANDE), Jesús Sanz; con la directora de Enfermería del Hospital Clínic de Barcelona, Gemma Martínez; con la directora de Enfermería del Hospital Universitario La Paz de Madrid, Esther Rey; y con la directora de Enfermería del Hospital Universitario Puerta de Hierro de Majadahonda, en Madrid, Almudena Santana.

Durante el coloquio, abordaron las claves que, a su juicio, son necesarias para una gestión excelente; las cualidades que debe tener una enfermera que quiera dedicarse a la gestión; los límites que pueden tener las enfermeras en el ámbito de la gestión y las apuestas corporativistas por otro tipo de perfiles, graduados en titulaciones que no tienen que ver con la sanidad; y mostraron las propuestas de mejora que para ellos debería incorporar el Sistema Nacional de Salud, que también permitirían retener talento en él.

A juicio de Sanz, una buena gestión requiere "una serie de conocimientos, habilidades y herramientas que nos tienen que permitir que la toma de decisiones, planificación, puesta en marcha y evolución sigan un proceso que nos lleve a alcanzar los objetivos planteados”.

En la misma línea se manifestó Gemma Martínez, quien añadió el compromiso y la responsabilidad como valores, al tiempo que incluyó el “saber”, el “saber hacer” y el “saber estar” como elementos fundamentales para gestionar, a los que también incorporó “saber cuidar bien como meta constante”, y subrayó la importancia de la interrelación y del trabajo en equipo, “especialmente importante en momentos de crisis cuando, lo que no sabes, lo aprendes”.

Esther Rey fue un paso más allá al asegurar que para ella "la gestión supone compromiso y respeto”, e invitó a no perder de vista que tienen "una misión, el paciente y la comunidad, estemos donde estemos”. Asimismo, destacó la importancia de comunicar y trazar unas líneas estratégicas “que pongan en valor cómo caminamos y cómo se tienen en cuenta las aportaciones de todos para definir los objetivos”, y señaló la importancia de la motivación y de “avanzar en el conocimiento” para fomentar el desarrollo profesional.

Almudena Santana se unió a lo expresado por sus compañeros de mesa, y centró su intervención en legar “lo que hace sentir a los demás”, porque, a su juicio, “lo que hacemos o lo que decimos cae en el olvido”. Señaló la “ejemplaridad” como una de las claves de la gestión, y puso de manifiesto que el propósito de la profesión son “los pacientes, los usuarios y los equipos que lideran”.

GENEROSIDAD Y HONESTIDAD

Santana señaló la “generosidad y la honestidad” como valores que deben cumplir las enfermeras que quieran dedicarse a la gestión, y en la misma línea se manifestó Esther Rey, quien puso de manifiesto la importancia de la proactividad y de “estar muy atento al entorno”. “Dar respuesta a las necesidades de la población y los profesionales es una competencia y una clave de un directivo. Tomar decisiones, que hay que compartirlas, aunque a veces toca tomarlas uno solo, trabajar en equipo y saber hacerlo, ser humilde, generoso y saber compartir, evitando ponerse medallas que es algo que ocurre a veces en los equipos y puede ser una complicación”, indicó, subrayando que “el líder debe ser humilde y estar también dispuesto a aprender”.

En este sentido, manifestó también que “es impensable que no exista esta profesión en una sociedad que quiera crecer en salud y buenas prácticas”, y señaló que su profesión es “transversal” a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

Por otro lado, Gemma Martínez destacó como uno de los valores fundamentales para la gestión “ser buena persona”, toda vez que puso en valor un liderazgo ejercido desde valores éticos como “el respeto, la humildad o la confianza”. Subrayó la importancia del trabajo en equipo, y puso el acento en la capacidad de “trabajar en la incertidumbre” de estas profesionales, porque a veces implica “tirarse a piscinas que no sabes si tienen agua”. “A veces hay que tomar decisiones que el tiempo no te permite compartir con el 100% de instituciones grandes como la nuestra, así que nunca tomarás una decisión que sea bienvenida para todas las personas. Pero tiene que ser respetada porque seguro que es la mejor decisión en ese momento, lo que no quita que posteriormente se puedan tomar medidas de cambio”, explicó.

VASO MEDIO LLENO

Asimismo, incidió en el análisis crítico de las nuevas enfermeras que reciben, pues, según explicó, “llegan muy bien formadas y critican todo”. En este sentido, la profesional apostó por la crítica constructiva, y las invitó a “ver el vaso medio lleno y convertir esas críticas en soluciones a los problemas con los que se encuentren”.

Jesús Sanz se mostró de acuerdo con ella en la importancia de “la resiliencia”, y aseguró que alguien que quiera dedicarse a la gestión “debe ser un buen profesional para conocer perfectamente el ámbito en el que desarrolla su actividad y, a partir de ahí, querer ser directivo y, por lo tanto, adquirir una serie de habilidades directivas que irían vinculadas a las competencias ya comentadas, pero, también, al aprendizaje de técnicas imprescindibles para ejercer esta labor”.

En cuanto a los límites corporativistas a la profesión enfermera, en tanto en cuanto hay profesionales como médicos, economistas o sociólogos que ejercen profesiones directivas en este ámbito y llegan incluso a convertirse en ministros, algo que no se da en enfermeras, distinguió entre los límites de formación, y explicó que “alguien que ha estudiado enfermería no puede ser director médico” pero que una enfermera sí podría ser ministra de Sanidad.

Martínez, por su parte, puso en valor la experiencia adquirida por los 13 gerentes con los que convivió, 12 de los cuales eran médicos, y, uno, ingeniero, de quienes aseguró que “podría aprender algo de cada uno”, y señaló que “hay ciertos ámbitos que nos impiden legalmente estar, y, otros que, aunque no lo impiden y laboralmente podríamos acceder a ellos, tienen impedimentos sociales o de opinión”.

(SERVIMEDIA)
23 Mar 2022
SDM/clc