En el PSOE se considera "barones" a los presidentes de comunidades autónomas que añaden a este cargo su condición de líder del partido en su respectiva región. Algunos de ellos, como el valenciano Joan Lerma y el extremeño Juan Carlos Rodríguez Ibarra, no figuran en la actual Ejecutiva.

Los partidarios de est integración, según explicó uno de ellos a Servimedia, quieren que sean los "barones" directamente, y no a través de personas interpuestas como ocurre ahora en algunos casos, quienes se sienten en la mesa de la Ejecutiva.

Esta línea de opinión trasciende a las diferencias puntuales entre "guerristas" y "renovadores", ya que entre los "barones" hay miembros de estos dos grupos.

El objetivo principal que pretenden los partidarios de esta inclusión de los "barones" es evitar que vuelva a repetirse l "poca fuerza" de la actual Ejecutiva, que no es aceptada por un sector del partido como consecuencia de que el 32 Congreso "se cerró mal", opinión que está muy generalizada en el PSOE.

Esa "debilidad" de la actual Ejecutiva ya fue expuesta por José Luis Corcuera durante su intervención en la Convención Socialista de Bilbao en octubre pasado. "El último Congreso del partido no terminó bien y no salimos contentos de él", dijo Corcuera antes de señalar que "tenemos en este momento la dirección un poquit devaluada".

En la práctica, durante los últimos meses, Felipe González se apoyó en los "barones" para contrarrestar la influencia de Alfonso Guerra en algunas ocasiones decisivas, como cuando propuso el pasado mes de junio a Carlos Solchaga como presidente del Grupo Parlamentario Socialista.

En aquella ocasión, mientras Guerra y los secretarios de área, excepto Alejandro Cercas, votaban en contra de Solchaga, los "barones" Manuel Chaves y José Bono y los miembros de la Ejecutiva fieles a "barone" como Lerma u otros dirigentes regionales, apoyaron a González.