Por el ontrario, insisten en que colaborarán con las autoridades y la empresa en las tareas de retirada de lodos tóxicos, siempre que las administraciones públicas garanticen que los terrenos dañados serán rehabilitados.

Los propietarios de fincas temen que la entrada de maquinaria pesada a sus fincas no sólo destruya los árboles afectados, sino también el suelo, lo que hipotecará su rentabilidad en el futuro.

Por este motivo, Asaja recomendó a los agricultores que no permitieran la entrada de las máquias hasta que las administraciones competentes no se comprometieran por escrito a restaurar todos los daños que provoquen las excavadoras.

Los agricultores consideran que no se trata sólo de compensar las pérdidas por las cosechas dañadas, sino los efectos que durante años tendrá el vertido y la entrada de maquinaria pesada en las tierras.

La posibilidad de expropiar los terrenos de los propietarios que obstaculizan la entrada de máquinas en sus fincas fue propuesta por el comité de coordinación, el que forman parte el Gobierno central y la Junta de Andalucía.