Se trata, explicó a Servimedia, de una crisis "no declarada ni reconocida" que demuestra una situación "muy anómalaparadójica" en la que el Gobierno discute con el PNV sobre todos los temas menos los que afectan a la lucha contra ETA.

Es "una pena", prosiguió, que el terrorismo pueda llegar a fortalecerse por las "contradicciones" entre los partidos y sus "problemas de coordinación, de relación política y, quizá, por la propia inestabilidad de algunas personas en el seno del Partido Popular".

Los poderes públicos, reiteró, deben ser los encargados de garantizar la seguridad, y las fuerzas políticas, "en estecaso el PP y el PNV, deben ser capaces de ponerse de acuerdo" para que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado puedan proteger a los ciudadanos que se encuentran en situación de "especial peligrosidad".

A su juicio, algo falla en el pacto "desnaturalizado y desequilibrado" del Gobierno con el PNV, a no ser que la situación haya sido "aún más extraña" y la iniciativa de la cuenta bancaria haya surgido de una idea "que alguien presentó como genial y que luego se ha visto como un error político imprtante".

"Yo no sé si es una idea sosegada, serena, pensada, o es una idea más o menos ocurrente de alguien que ha creído que no tendría ninguna arista y se ha encontrado con una polémica bastante seria", concluyó.