Se trata de un programa pionero puesto en marcha por ambas entidades destinado a apoyar la formación de jóvenes con acondroplasia para ayudarles a tener las mismas oportunidades que el resto a la hora de encontrar un trabajo de calidad.

De este modo, las ganadoras recibirán una beca de 2.000 euros cada una para continuar sus estudios. Fueron seleccionadas por un jurado de ALPE y un médico especialista tras un proceso de solicitud que comenzó en junio de 2022.

La acondroplasia es una enfermedad rara causada por una alteración genética que afecta a la placa de crecimiento óseo principalmente. Este programa impulsado por ALPE, en colaboración con BioMarin, tiene como objetivo la inclusión social y laboral de las personas con enfermedades genéticas y se centra en procurarles las mismas oportunidades que el resto de la población en el ámbito educativo.

“Estas becas promueven la igualdad y el respeto social del que muchas veces, por desgracia, no gozan los pacientes con acondroplasia”, explicó la coordinadora de ALPE, Susana Noval, que destacó que estas becas dan visibilidad a la enfermedad dentro de la sociedad y, además, "motivan a los jóvenes a buscar alternativas diferentes para pagar sus estudios y a ayudar a sus familias, ya que un joven con discapacidad siempre supone muchos más gastos añadidos".

Según Elena Pereda, una de las ganadoras, "la beca me anima a seguir luchando por tener unos estudios que me ayuden a conseguir un trabajo digno y con los que pueda ser independiente en la vida. Poder realizar un curso en el extranjero será un impulso importante para mi futuro profesional y me ayudará a tener mejores oportunidades laborales".

La otra ganadora, Paula López, aseguró que "es una gran ayuda" para desarrollar sus estudios universitarios de Diseño de Interiores. "Mi sueño es incorporarme al mundo laboral aportando a mi trabajo un enfoque que tenga siempre presente la adaptabilidad de los espacios, ya sean públicos o privados", afirmó.