Según indicaron a Servimedia fuentes del ministerio, para lograr un crecimiento neto de 6.000 soldados hay que reclutar a unas 14.000 personas, ya que es necesario cubrir las 8.000 bajas (un 10% sobre el total de la tropa) que, según sus cálculos, se producirán durante el año por conclusión o no renovación de los compromisos actualmnte en vigor.

Para lograr esas 14.000 incorporaciones es necesario recibir más del doble de solicitudes, alrededor de 30.000, con el fin de ajustar las necesidades del Ejército con los perfiles de los candidatos, según la experiencia de anteriores convocatorias.

Con este horizonte trabaja por tanto el ministerio, justamente cuando entrará en vigor en los próximos días el nuevo sistema de selección continua de candidatos para ingresar en las Fuerzas Armadas, que acaba con el proceso de alistamient utilizado hasta ahora y que preveía cinco incorporaciones a lo largo del año, con plazos y número de plazas ofertadas concretos,

El nuevo sistema prevé ir convocando las plazas según las necesidades de cada uno de los ejércitos y durante 11 ciclos de selección continua a lo largo de todo el año, el primero de los cuales comenzará a principios del mes que viene, según las mismas fuentes.

Los candidatos podrán presentar sus solicitudes durante todo el año, sin plazos, y los que superen las pruebasde acceso se incorporarán a los centros de formación del Ejército en un espacio de tiempo de 30 días desde su petición.

El sistema tendrá como base los 18 centros de selección del Ministerio de Defensa en otras tantas ciudades españolas y trata de adaptar las aptitudes y las prioridades de cada uno de los aspirantes a militar profesional a las necesidades de los ejércitos.

Para poner en marcha la nueva fórmula de reclutamiento, el ministerio tiene previsto acometer una fuerte campaña de publicida, haciéndola coincidir con la primera oferta de plazas, a principios de febrero.

En 2001, el Ejército profesional creció en unos 4.000 efectivos (pasando de 76.000 a 80.000 soldados). Para ello, hubo que reclutar a 11.000 hombres y mujeres, de entre un total de 25.000 aspirantes, que se quedaron lejos de cubrir las 33.000 plazas ofertadas.

El objetivo, aprobado por el Parlamento, de alcanzar unas Fuerzas Armadas con 102.000 soldados profesionales a finales de 2002 ha sido replanteado por el Gobieno para dejarlo en los 86.000 efectivos antes mencionados para cuando acabe el año.