Inclusión
Empower señala que la falta de actividades extraescolares inclusivas limita los derechos de las infancias con autismo

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Empower, organización que trabaja en el ámbito de la mediación cultural y la educación, aseguró este miércoles que la falta de actividades extraescolares inclusivas para las infancias con autismo limita su derecho a participar en igualdad de condiciones en la oferta ordinaria de ocio fuera del horario escolar.
Así lo indicó la CEO de Empower, Laura Donis, para quien “el ocio sigue siendo un privilegio, no un derecho garantizado”. “Se trata de conseguir un modelo de ocio accesible, justo y transformador, donde todos los niños y niñas, con o sin discapacidad, tengan derecho a vivir experiencias culturales y educativas compartidas, y donde sus familias puedan participar en la comunidad sin barreras invisibles ni renuncias forzadas”, señaló.
Según un informe de Autismo España (2022), solo un 18% de los niños con autismo en España acceden a actividades extraescolares. Además, el 82% de las familias consideran que no existen actividades ni recursos ni propuestas adaptadas; y la situación se acentúa aún más en las zonas rurales, donde la red asociativa es limitada.
“En las zonas rurales las familias deben desplazarse grandes distancias o renunciar directamente a cualquier actividad de ocio para sus hijos e hijas, lo que genera aislamiento, inequidad territorial y una vulneración sistemática del derecho al acceso a la cultura, al juego y a la participación comunitaria”, indicó Donis. Por ello, en numerosas ocasiones los padres de los niños con autismo recurren exclusivamente a entidades sociales o terapéuticas, que, aunque realizan una labor “esencial”, son la única alternativa disponible.
Esta carencia limita los derechos de los niños y también los de sus familias, que se ven obligadas a asumir una sobrecarga constante, que les impide conciliar su vida personal y profesional, descansar o desarrollar sus propios proyectos sin un coste emocional y logístico elevado.
En este sentido, conocer los intereses, capacidades y necesidades específicas de cada niño o niña con autismo y que haya comunicación entre el monitor y las familias es esencial; mientras que los apoyos visuales, las rutinas claras y una baja sobrecarga sensorial ayudarán a que los niños disfruten para que sea una experiencia positiva y sostenible.
Así pues, las actividades más beneficiosas son aquellas que promueven el bienestar, la autonomía, la socialización y la expresión personal de los pequeños. Algunos ejemplos pueden ser robótica educativa, arte sensorial o deportes adaptados.
BENEFICIO COMÚN
Las actividades extraescolares no solo desarrollan habilidades cognitivas y motoras en ambientes lúdicos. Como explicó Laura Donis, “los beneficios no son solo para los niños con autismo y sus familias, todos sus compañeros aprenderán a desarrollar empatía y habilidades de colaboración mientras conviven con la diversidad. Para ello se debe de fomentar el apoyo, el respeto y la empatía en el grupo”.
Para lograr que una actividad sea verdaderamente inclusiva, es necesario “diseñarla con cuidado, accesibilidad y sentido”. Por eso, es recomendable hacer un proceso de adaptación gradual, visitar el lugar donde se van a impartir las actividades, ccrear entornos amables y seguros, respetar los tiempos del niño, conocer a los profesionales y anticipar quién estará.
“Garantizar el acceso al ocio no es un lujo ni una opción. Es una cuestión de derechos fundamentales: derecho al juego, a la participación cultural, a la igualdad de oportunidades y a la conciliación familiar”, ha concluido Donis, quien ha destacado que “invertir en accesibilidad es invertir en comunidad, en justicia y en futuro”.
(SERVIMEDIA)
01 Oct 2025
MMC/gja