Los riesgos sociopolíticos y económicos incluyen, además de los enfrentamientos geopolíticos, subidas generalizadas de los tipos de interés, que podrían provocar una reducción del consumo. El activismo social, vinculado a cuestiones socioeconómicas y políticas, también representa un riesgo en periodos de intensa actividad comercial. Las campañas de boicot y la convergencia de intereses geopolíticos, sociales o medioambientales pueden plantear problemas de reputación a las empresas.

Los riesgos físicos y medioambientales suponen amenazas para la seguridad de diversas infraestructuras y sectores empresariales. El aumento de los "porchpirates", delincuentes que aprovechan para robar los objetos que las empresas de reparto dejan en la puerta, es una realidad en esta época del año. Además, durante los meses de invierno, la delincuencia organizada aumenta en los sectores del comercio minorista, el transporte y la energía, con robos de mercancías y combustible de vehículos que suponen riesgos para la integridad física.

El aumento del comercio en línea también se traduce en un incremento significativo del fraude y las ciberamenazas, especialmente en el contexto de las compras y devoluciones fraudulentas. En el sector de los viajes y el turismo, el aumento de la movilidad a las ciudades en la temporada de invierno supone un riesgo para la gestión de multitudes. Además, los grandes acontecimientos en lugares turísticos también pueden ser motivo de alarma.

Con la llegada de las fiestas, que implican más movilidad y un aumento del teletrabajo, surgen riesgos tecnológicos, en particular ciberataques. El fraude al CEO destaca como una de las principales amenazas, ya que el trabajo a distancia y las posibles distracciones aumentan su eficacia. Por último, el aumento del volumen de compras desde el Black Friday impacta directamente en las empresas de los sectores minorista, transporte y logística, aumentando significativamente los intentos de phishing, entre otros.