"Nosotros seguiremos aquí hasta que se paralicen las obras de la incineradora, porque consideramos que son muy peligrosas para la salud. Queremos demostrar también que existen alternativas saludables que se pueden materializar si hay voluntad política", manifestó Del Río.

A su juicio, este tipo de instalaciones "son muy tóxicas y suponen un grave eligro para las personas. Además, tienen unos costes económicos muy elevados".

Esta integrante de Greenpeace trató de ponerse en contacto con los responsables de las obras durante toda la mañana, pero no consiguió una respuesta. La acción desarrollada hoy forma parte de las actividades organizadas con motivo del Día Internacional de Acción Global Anti-Incineración.