I+D

El esfuerzo de la UE en I+D es un 34% menor al combinado de EEUU y China

MADRID
SERVIMEDIA

El gasto total de la Unión Europea en investigación y desarrollo (I+D) asciende a 381.400 millones de euros, equivalente al 2,22% del PIB, lo que supone un 34% menos que el esfuerzo combinado de Estados Unidos y China, según la Comisión Europea en su informe 'State of the Digital Decade 2025'.

Por ello, dirigentes políticos y expertos alertan de que avanzar en digitalización y en la soberanía tecnológica es una de las principales preocupaciones de la Unión Europea (UE) que se encuentran ante la necesidad de redoblar su inversión en este segmento para no comprometer los datos de la población europea.

Precisamente este viernes el Consejo informal de Telecomunicaciones de la Unión Europea (UE) debatió en Horsens (Dinamarca) medidas concretas para mejorar la protección de los menores y los jóvenes en el mundo digital y las redes sociales. En este contexto, la ministra danesa de Asuntos Exteriores, Stage Olsen, explicaba que “la soberanía digital es cada vez es más importante, especialmente teniendo en cuenta la situación geopolítica en la que nos encontramos". Asimismo, Olsen destacaba la necesidad de debatir sobre la “competitividad” en el mundo digital, ya que sin aumentarla “no seremos digitalmente soberanos”.

La brecha de inversión frente a otros países como China y EEUU no solo supone tener una menor capacidad de innovación, sino que tiene consecuencias directas sobre la soberanía tecnológica de la región. Con el 69% del mercado europeo de servicios en la nube controlado por Amazon, Microsoft y Google y el 92% de los datos occidentales almacenados en infraestructuras estadounidenses, según el informe de Oliver Wyman 'European Digital Sovereignty. Syncing values and value', los datos europeos quedan fuera del alcance regulatorio y estratégico de la UE.

FALTA DE CONTROL

El Informe sobre Soberanía Tecnológica y Digital del Parlamento Europeo (2025) advierte que la soberanía digital no se mide solo por el despliegue de redes o la conectividad, sino por la capacidad de producir, controlar y proteger la infraestructura tecnológica. Y en este punto, la distancia con otras potencias es notable.

En inteligencia artificial, la UE concentra solo el 7% de la inversión global, frente al 40% de EEUU y el 32% de China, según el 'AI Index Report 2025' de la Universidad de Stanford. Mientras, en el sector de los semiconductores, Europa fabrica apenas el 10% de los chips mundiales, frente al 54% de Taiwán y el 16% de China, de acuerdo con datos de la OCDE y la Comisión Europea.

Además, el riesgo jurídico derivado de almacenar datos europeos en servidores estadounidenses -sujetos a leyes como el Cloud Act o la FISA, que permiten el acceso del Gobierno de EEUU a datos de empresas extranjeras- amenaza la confidencialidad y seguridad de sectores estratégicos europeos.

El déficit tecnológico europeo tiene raíces estructurales. Según el Banco Europeo de Inversiones, los fondos de pensiones del continente, que gestionan más de tres billones de euros, destinan solo el 0,02% a capital riesgo, frente al 2% en EEUU.

A esto se une el exceso regulatorio del que ha sido acusada en reiteradas ocasiones la UE. En este sentido, el 60% de las empresas europeas considera que el entorno normativo de la región supone un obstáculo a la inversión, según los datos del Eurobarómetro.

Consciente de estas acusaciones, el Parlamento Europeo ha propuesto aplicar el principio 'One In, Two Out' -eliminar dos normas por cada nueva- y fomentar la creación de campeones tecnológicos europeos con escala global, especialmente en inteligencia artificial y semiconductores.

URGENCIA ESTRATÉGICA

La dependencia tecnológica de Europa no es solo un problema económico, sino también geopolítico. Sin una base industrial y científica propia, la región queda relegada en la carrera por el control de los datos y la inteligencia artificial, pilares de la próxima economía mundial.

En este sentido, el exdirector del Departamento de Seguridad Nacional español, Miguel Ángel Ballesteros, advertía en una intervención reciente que “si Europa no canaliza su impulso tecnológico, podría quedarse rezagada en la competencia global”.

Sin embargo, no se trata de falta de talento, si no de no estar siendo capaces de explotarlo. El 'Informe Draghi' elaborado en 2024 recordaba que el continente dispone de talento, conocimiento y capacidad industrial suficientes para ser una potencia digital y sostenible. Pero sin una inversión decidida y un marco regulatorio más ágil, Europa seguirá cediendo el control de sus datos a otras potencias.

(SERVIMEDIA)
11 Oct 2025
s/clc