Así se desprende de datos provisionales proporcionados por las comunidades autónomas al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.

Esos datos, a los que tuvo acceso Servimedia, indican que la media de superficie calcinada en enero del último decenio es de 26.932 hectáreas. Los mejores años son 2016 (4.058,61 hectáreas), 2018 (9.418,90) y 2025 (10.429,64), y los peores, 2023 (65.700,30), 2017 (45.369,00) y 2019 (39.785,50).

Entre enero y mayo de este año se registraron 2.001 siniestros forestales, de los que 761 fueron incendios (que arrasaron al menos una hectárea) y 1.240 conatos (con menos de una hectárea quemada).

De las hectáreas arrasadas, que abarcan un 0,038% del territorio nacional, un total de 2.127,41 corresponden a vegetación herbácea (pastos y dehesas) y el resto a vegetación leñosa, concretamente 7.701,30 hectáreas de matorral y monte abierto, y 600,94 de superficie arbolada.

ZONAS GEOGRÁFICAS

Por otro lado, el noroeste peninsular (Asturias, Cantabria, Galicia, País Vasco y las provincias de León y Zamora) concentró el 55,47% de los incendios y conatos forestales, mientras que el resto de los siniestros se repartieron entre las comunidades interiores (las provincias de las regiones no costeras, salvo León y Zamora), con un 27,59%; el Mediterráneo, con un 16,49%; y Canarias, con un 0,45%.

En cuanto a la superficie forestal arrasada por el fuego, el 79,89% pertenece al noroeste; un 12,18% al área mediterránea, y un 7,93% a las comunidades interiores.

La mayor cantidad de superficie arbolada arrasada por el fuego se produjo también en el noroeste (75,89%), por delante de las comunidades interiores (14,30%) y la fachada mediterránea (9,81%).