Este ranking, que atiende a parámetros relacionados con el bienestar de madres e hijos, está liderado por Suecia, seguida de Dinamarca, Finlandia, Austria, Alemania, Noruega, Australia y Países Bajos.

Después de España, estarían en décimo lugar Reino Unido y Estados Unidos, empatados. A la cola se situarían, por el contrario, Níger, Burkina Faso, Malí, Chad o Guinea Bissau.

Así se desprende del séptimo informe anual del Estado Mundial de las Madres de Save The Children, este año bajo el lema "Salvar las vidas de las madres y de los niños recién nacidos" y presentado hoy por esta ONG en Madrid, en un acto al que asistió la ministra de Sanidad, Elena Salgado.

Para ello, Save The Children analizó la situación de un total de 125 países, atendiendo a parámetros relacionados con el bienestar de madres e hijos, como son el riesgo de mortalidad materna, el porcentaje de mujeres que usan métodos de contracepción, partos atendidos por personal cualificado, mujeres embarazadas con anemia o las tasas de mortalidad infantil, entre otros.

Según explicó en rueda de prensa María Jesús Mohedano, miembro del patronato de esta ONG, el contraste entre el primer país del ranking, Suecia, y el último, Níger. Destacó que, mientras en Níger uno de cada siete niños mueren antes de cumplir el año, en Suecia esta cifra se reduce a uno por cada 333.

Las causas de que España ocupe un lugar destacado en la lista se debe, según explicó, a que sólo una de cada 17.400 mujeres muere durante el embarazo o el parto; una tasa de mortalidad infantil de cuatro por cada 1.000 nacimientos o el estatus político de las mujeres, ya que cuenta con un 35,4% de mujeres en el Parlamento, sólo superada por Ruanda y países nórdicos.

A pesar de la baja tasa de mortalidad infantil existente en España, hay comunidades en las que se dispara, multiplicándose por 2,5, como son Ceuta y Melilla, con tasa de 10,8 y 9,5 niños menores de cinco años muertos por cada mil, tasa elevada en comparación con otras regiones, como Navarra, con 2,6 niños muertos por cada mil.

La principal preocupación en materia de salud materno- infantil en España recaería en las madres y niños inmigrantes, con tasas de fecundidad más elevadas (el 15% de los niños que nacen son hijos de inmigrantes) y que, en ocasiones, siguen acudiendo a centros de salud sólo para casos graves.

En este sentido, la ministra de Sanidad hizo un llamamiento a las madres inmigrantes en España a que acudan a los centros de salud y a centros de planificación familiar "en el momento de llegar a este país" y, en el caso de que se planteen la maternidad, "antes incluso del embarazo".

Además, destacó la labor desarrollada por las distintas administraciones por facilitar el acceso de este colectivo a este tipo de servicios, proporcionando información en varios idiomas, por ejemplo. "Aunque aún queda mucho por hacer, se está haciendo un buen trabajo; vamos por el buen camino", sentenció la ministra.